Nadie quiere guerras, lloramos por los que murieron en ellas y por los que están muriendo, firmamos manifiestos de protesta, salimos a la calle contra la guerra, hay conferencias de paz por millares… Sí, la guerra es diabólica pero es la que sigue creando más puestos de trabajo y nadie se niega a trabajar para que la guerra siga.
En Rota (Cádiz) la gente votó en su día masivamente a favor de la entrada de España en la OTAN, si no recuerdo mal fue allí donde más votos favorables recibió la iniciativa de Felipe González que poco antes del referéndum apareció casi lloriqueando por televisión diciendo que como no entráramos en el carro de la modernidad se irían las inversiones extranjeras de España. Y se han ido de todas formas y se irán o vendrán de todas maneras porque en la España de Franco, en el Chile de Pinochet y en la China comunista las inversiones extranjeras se han dado en abundancia. El dinero no mira ideologías sino estados de tranquilidad socioeconómicas para invertir.
Hasta el periodista deportivo José María García hizo un paréntesis en su programa de las noches para pedirles a los españoles que votaran a favor de la OTAN. En Morón (Sevilla) mucha gente también vota con la cartera para que los gringos y los soldados en general sigan dejando divisas en el pueblo pero a Rota y a Morón han llegado los recortes y los yanquis prescinden de personal español para sus bases conjuntas y a la vez el ejército español hace lo propio y entonces los ciudadanos protestan porque no pueden trabajar. ¿Se deduce por tanto que los trabajadores coinciden con las grandes industrias de armamento en la necesidad de que haya guerras para que se den ingresos en sus cuentas corrientes?
Una de las Flotas de USA parece que va a enviar algunos de sus barcos a que los “engrasen” y les cambien las bujías en Cádiz y los medios de comunicación saludan la noticia con alborozo porque va a crear puestos de trabajo. En Alcalá de Guadaira (pegado a Sevilla) se van a ensamblar tanques para los ingleses y todo es alegría. El ensamble en Sevilla del avión A400M –destinado al transporte de tropas y material bélico- ha originado un par de polígonos tecnológicos y una escuela de alta formación para ingenieros.
La guerra sigue siendo rentable y junto a la estación de trenes llamada de Santa Justa, junto al aeropuerto llamado de San Pablo, junto a los cambios de los nombres de las calles de Sevilla a las que se les arrebatan nombres laicos para sustituirlos por los de “Virgen de esto o de lo otro” y junto a toda esa parafernalia meapilas que inunda Sevilla, subyace la guerra que es la que da de comer a la gente y alguien se puede poner un capirote para salir de nazareno y al día siguiente ir a fabricar tanques o aviones para matar inocentes aquí o allá.
Tal vez por eso el ser humano necesite la fantasía escapista de la religión, porque no se acepta como es: agresivo, belicoso, insolidario, pirómano que incendia lugares, mata niños, origina inmensos campamentos de refugiados que no tienen nada para subsistir y luego implora o exige solidaridad y caridad cuando el fuego es tan grande que no es posible apagarlo porque la cerilla que lo enciende no está fuera de nosotros sino que forma parte de nuestra entraña. DIARIO Bahía de Cádiz Ramón Reig