Hoy dedico la columna a trasladaros una pequeña reflexión, y aprovechando este medio, me gustaría consultaros algo, no es que tenga prisa, la verdad, pero creo que me estoy saltando algunas reglas impepinables de la vida, de esas que mandan los cánones, y necesitaría consultarlo antes de que fuera demasiado tarde, ¿alguien me podría prestar un Manual de adulto?
Sí, ese en el que viene el timing de cómo madurar con dignidad, siendo responsable, atento, educado y, por supuesto, galante. Necesito saber urgentemente cuándo tengo que pasar de las camisetas estampadas a las camisas claras de tonos tierra, de los vaqueros cagaos a los pantalones de pinzas, y en verano, de los bombachos hippies a los pantalones cortos color caqui a juego con la camisa de cuadros abierta hasta el ombligo, aderezada por supuesto, con su correspondiente bolsillito pechero para meter la cartera.
Que todo esto que pregunto, no es para mí, es para un amigo, porque tengo la impresión de que algunos de mi grupito tampoco lo tienen claro. Digo esto, porque a pesar de peinar canas, arrastrar algunas arrugas de expresión, sólo algunas, y vislumbrar un poquito de loncha en la coronilla, queremos hacer las mismas movidas que hace veinte años, y me da a mí la impresión de que se nos está pasando el arroz otros veinte años más. Puede ser cosa mía, pero cada vez me junto la cremita de los dolores articulares con mayor asiduidad, o “to´ los días”, me tomo con mayor frecuencia el paracetamol para el dolor de cabeza y estoy pensando seriamente en comprarme pastillitas de colágeno.
A ver, no me malinterpretéis, yo lo hago por ellos, por mis amigos y amigas de toda la vida, no sé, alguien tendrá que tomar las riendas de este asunto e informarles por derecho y sin ningún atisbo de dudas sobre el hecho de hacerse viejito, para que el cambio a mayor no les coja a contrapelo, y quién mejor que yo, que me conservo de categoría, porque no veas la de gente de mi edad lo estropeada que está.
a pesar de peinar canas queremos hacer las mismas movidas que hace veinte años, y me da a mí la impresión de que se nos está pasando el arroz otros veinte años más
Entre las cosas que necesito consultar en el Manual de adulto, me urge saber cuándo es conveniente cambiar el traje de neopreno y la tabla surfera, por la bici de paseo, cuándo se tienen que dejar a un lado los tatuajes y comenzar a ponerse sérums, o cuándo es el momento exacto en el que hay que comenzar a comprarse los mejunjes de día y de noche de calidad, nada de marca blanca, pero sobre todo, de cuándo es el punto exacto de la vida en el que se pasa de niñato a grande, que por mucho que lo busco en internet, no lo encuentro.
Tengo la inquietud de saber cuándo tengo que pasar de la gorra al gorro, borrar la playlist de Extremoduro y crearme una de Julio Iglesias, de contar anécdotas con moraleja a mis hijos o comprarme unas gafas progresivas, ¡que no quiero ir conduciendo un día al trabajo y, de repente, me asalte una tremenda necesidad de escuchar Nino Bravo y no estar preparado!
En fin, espero con inquina la información, sólo por curiosidad, que tampoco es que vayamos a hacernos mayores pasado mañana. Nos vemos pronto, mientras tanto, voy a seguir intentando coger cita con el médico de cabecera, que últimamente no me levanto muy católico. DIARIO Bahía de Cádiz