Tal y como dijo Bunbury en su vals, de nuevo llegamos al final de ciclo, para comenzar otro nuevo. Millones de vivencias han pasado a formar parte de nuestro viaje anual, unas buenas, otras malas, y muchas de ellas sin que despertasen el más mínimo interés por nuestra parte, como para dedicarle un poco de atención, todas ellas pegadas como lapas a nuestro cuerpo, mientras que éste pedía a gritos una pausa.
Durante este periodo, el cuerpo, que es sabio, nos reclamaba en muchas ocasiones que parásemos, pero nuestro descontrol por aprovechar los pocos minutos que nos quedaban para trasnochar entre nuestra vida social y familiar, tras cumplir las obligaciones impuestas y autoimpuestas, no nos permitió sentarnos. Los días se convirtieron en nuevos proyectos a arrancar, por acabar los pendientes, zanjar temitas y abandonar otros tantos. En esta decadencia vital, pienso, y no recuerdo, la de veces que me dije: “ya está bien, a partir de ahora camino solo”.
Todo un año andando, la mayoría de las veces corriendo, en el que hemos hecho una firme apuesta por el Rock´n Roll, luchando contra las inclemencias y sorteando los obstáculos que nos ha ido poniendo la vida, y en cuyo transcurso, nos hemos planteado innumerables veces deshacer el mundo, y a otra cosa mariposa, que el dinero no lo es todo, pero a veces nos ayuda, sobre todo si es una canción.
dúchate y aligera, que la vida hay que sentirla en presente, te lo dice uno que partió, paró y se volvió, disfruta de las cosas simples
Por todo, por tanto, me siento satisfecho, nos debemos sentir agradecidos, porque durante el largo año, en el que no han sido pocos los muros a saltar, las tormentas que atravesar y las batallas que pugnar, las caricias siempre llegaron, algunos de los objetivos se cumplieron y regresaron los días de sol y playa. Sabemos, aunque a veces se nos olvida, que, tras la densa niebla, el viento siempre vuelve a soplar a favor.
Así que ya sabes, con “Ringui Dingui”, dúchate y aligera, que la vida hay que sentirla en presente, te lo dice uno que partió, paró y se volvió, disfruta de las cosas simples, los amigos, la familia, los paseos por la arena, una buena canción y la lectura de un buen libro.
Qué te quede claro, del 2024 “ya no hay camino que recorra tu pasado, tan sólo las cicatrices de batallas por ganar”, como dice Pure Negga, así que levántate y sal a disfrutar, únete a mi club de entusiastas y que sea bienvenido el año 2025. DIARIO Bahía de Cádiz