“Con una hábil manipulación de la prensa, pueden hacer que la víctima parezca un criminal y el criminal, una víctima”. Malcom X.
Hay una asignatura que, el Estado español, no ha sabido utilizar oportunamente cuando, en realidad, es la institución mejor pertrechada para poderlo hacer de la manera más eficaz, teniendo en cuenta que dispone de los medios más adecuados y efectivos para poder manejar, para conseguir la máxima eficiencia y los mejores resultados si es que dispone de las personas adecuadas y preparadas para utilizar el lenguaje como el mejor medio de propaganda. En realidad, en términos generales, la derecha o el centro derecha como se prefiera, siempre se ha demostrado bastante torpe para esgrimir sus logros y, todavía más incapaz, cuando se ha tratado de saber disimular sus errores. Hablamos del manejo de la información.
La batalla que hace años se está produciendo, entre el Estado español y el nacionalismo catalán, se ha venido caracterizando por el hecho innegable de que, los políticos catalanes, siempre han conseguido situarse un paso más adelante respeto a las reacciones del Gobierno español y otro paso más aventajado en cuanto a la escasa, débil y, en ocasiones, desatinada reacción de los tribunales de Justicia en relación a los, más que evidentes, casos en los que, por parte de los políticos separatistas catalanes, se ha forzado la Constitución, se han saltado sus preceptos y se han pitorreado de las leyes y las sentencias de los tribunales españoles; cada vez que han querido demostrar que están en condiciones de burlarse del resto de los españoles, confiando en algo que, cada día resulta más evidente, la mojigatería, la indecisión, la falta de valentía y la pasividad con la que los gobernantes, –en el caso que nos ocupa, el ejecutivo español –, representados por el señor Rajoy y sus ministros del PP, convertidos en verdaderos representantes del reino aviar cuando se trata de demostrar el valor y la energía que sería preciso que tuvieran para acabar, de una vez por todas, con esta insostenible situación que se está viviendo en la autonomía catalana.
Y es que señores, esta Cataluña de hoy en día tiene un verdadero ramillete de especialistas, todos ellos nacidos, evolucionados y sostenidos desde antiguos partidos revolucionarios, en ocasiones terroristas y de viejos militantes de la ERC, a los que poco les queda de izquierdistas, mucho de demagogos y un caudal inacabable de oportunismo que, generalmente, a base de mucho peloteo, servidumbre y sumisión a las ideas de aquellos que llevan el portante del separatismo, han conseguido situarse entre aquellos que no tienen dificultades para vivir de los “regalos” y “prebendas” con los que los revolucionarios les compran cada letra que escriben o cada palabra que pronuncian en defensa de sus ideas separatistas y en ataques, engaños, mentiras, ofensas e injurias en contra de todos aquellos que intentan defender la unidad de España (a los que tratan de anti demócratas) atribuyéndose ellos, una minoría en el Estado español, la condición de ser los únicos verdaderos custodios de los valores democráticos.
Sujetos como, el periodista Cuní, este personaje melifluo, endiosado, ególatra y un ejemplo de cómo, el engreimiento, hace que los hombres sean capaces de decir las mayores barbaridades y emitir los más absurdos juicios cuando se les da un plató de TV para que puedan proclamar sus sandeces sin que, desde la protección de la pantalla, se les pueda contradecir cuando, por sus bocas, salen a torrentadas las más abultadas estupideces y erróneas conclusiones que, por estar entre sujetos de la misma ralea política, nadie está dispuesto a contradecir. Otro personaje de este variopinto circo mediático del periodismo y la televisión, es esta belicosa señora Pilar Rahola , supuestamente enterada de todo, fanatizada hasta la médula de los huesos y sectaria de la ERC; que se ha convertido desde su columna de La Vanguardia y sus tertulias televisivas dirigidas por Cuní, en la Torquemada de la nación española, de la que no parece que le guste nada y a la que, sin muchos miramientos, se ha erigido en su censora implacable del resto del país patrio, todo porque, señores, para esta señora la Constitución ( aprobada mayoritariamente por los catalanes), los tribunales, el TS y el TC, las leyes del Estado y todo lo que esté relacionado con lo que exista fuera de los límites de lo que, para ellos, son “els paísos catalans” , no debiera existir porque, para los separatistas nada más vale “el derecho a decidir” que consistiría en una encuesta sólo para los ciudadanos catalanes, sin permitirles al resto de los ciudadanos españoles el formar parte de aquellos con derecho a opinar sobre el destino que se le debe dar a este pedazo del territorio español.
La prensa catalana, en general y mayoritariamente, está comprada por las subvenciones de la Generalitat y, los informativos (exclusiva de TV·), copados por los partidos extremistas, que son los que marcan las pautas de las noticias a las que se les ha de dar realce y aquellas otras que es conveniente que se silencien o, en todo caso, que se emitan con “sordina” para que causen el mínimo revuelo entre aquellos a los que les pudieran hacer sospechar de la viabilidad del camino, que los nacionalistas, han trazado, engañando a sus correligionarios, hacia su objetivo imposible, consistente en la separación de Cataluña de España.
El señor Puigdemont, cogido por los cuatro costados, habla de un posible referendo convenido con el Estado y lo mismo parece que piensa la señora Ada Colau, que sabe que, de momento le interesa jugar la baza del nacionalismo independentista, que le puede proporcionar un montón de votos procedentes de la izquierda nacionalista, (actualmente mayoritariamente integrada en el PSC, en ERC y en los partidos extremistas como la CUP de tendencias ácratas). De hecho, no se ve imposible que, según como rueden las cosas y, si los señores del PDEcat (antigua CDC) siguen en su deriva que tiende a conducirlos a convertirse en un partido en vías de extinción; cediendo el báculo independentista a las izquierdas, que dan la sensación de estar preparadas a recogerlo, pero para convertir a la nueva Cataluña independiente, en otra de las repúblicas, como la griega o la venezolana, en manos de gobiernos de extrema izquierda.
Y, en todo este laberinto político, ante unos que van directos al llamado choque de trenes y otros que están aguardando que se produzca para sacar beneficio de los restos del cataclismo, estamos los que nos sentimos españoles que residimos en Cataluña, que somos más de los que aparentemente nos manifestamos y que estamos viendo cómo, pasan los días, corren los meses y, si Dios no lo remedia, puede que llegue un momento en el que, la campaña nacionalista, contrariamente a los que piensan en Génova, que sostiene la imberbe Sáez de Santamaría sostenida por Rajoy, cuando intenten meter a los catalanes en cintura, se encuentren que ya no quedan más que soluciones drásticas que, muchos de nosotros, dudamos seriamente de que tengan el valor para tomarlas dada la forma negociante, dialogante, pactante y, evidentemente, con predisposición a ir soltándoles millones de euros a los catalanes, para que así, sin tener más que ir cediendo, puedan ir financiando todas las etapas de su camino hacia la independencia, mientras el resto de españoles ven, con ojos como platos, como a los 60.000 millones que ya ha recibido Cataluña a través del FLA, se les van añadiendo, como acaba de ocurrir, otros 1.300 millones más, para que el señor Puigdemón, el señor Juncadellas y el señor Mas puedan seguir burlándose de los españoles, desobedeciendo a los tribunales y mofándose de aquellos que no saben hacer otra cosa que utilizarlos ( muchos de ellos claramente politizados) para evitar lo que, por otros métodos más directos y previstos en nuestra Carta Magna, podrían haberlo solucionado ya hace bastantes años; cuando los catalanes no estaban tan adoctrinados y, los efectos de una suspensión del gobierno autonómico, no hubieran tenido las consecuencias que seguramente se producirían hoy si este procedimiento se llevara a cabo. El Gobierno no parece saber que la única verdadera amenaza que temen los catalanes es que les corten la aportación pecuniaria. Porque, señores, “la pela es la pela”
Mucho nos tememos que, ,mientras la señora vicepresidenta hace como si hiciera algo positivo en su despachito de Barcelona, los acontecimientos se van produciendo a pasos agigantados, cuando en el Parlamento los grupos de oposición se las hacen pasar canutas a los del PP y continúa la espada de Damocles sobre los populares, que se exponen a que, si llegara el momento en el que fuera necesario convocar nuevas elecciones, partidos como el mismo PSOE ya hubieran remontado parte de lo que han estado perdiendo hasta ahora y, los posibles resultados de los comicios, ya no garantizaran a los de Rajoy unos resultados como los que se les pronosticaban hasta ahora. O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, tenemos la impresión de que los acontecimientos, una vez más, se adelantan a las medidas para hacerles frente. Algo intranquilizante. DIARIO Bahía de Cádiz