Se acercan las elecciones y nuestros representantes políticos no paran de intentar colgarse medallas para congratularse con la población, a la que no ven en estos meses como ciudadanos sino como posibles votantes. En palabras de los alcaldables de la ciudad de Cádiz es continúo el uso de la expresión UN PROYECTO PARA CÁDIZ. Pero luego examinando las propuestas de unos y otros nos damos cuenta de que esos proyectos son artificiales y pocos ahondan en las raíces de los problemas coyunturales que emanan de nuestra pequeña sociedad. Por ello yo, un simple ciudadano de a pie, intentaré dar unos pequeños consejos desde mi humilde punto de vista, si es que realmente estos alcaldables pretenden hacer una política ciudadana y no electoral, y si realmente pretenden responder a nuestras necesidades y no acatar las órdenes que emanan de las diferentes siglas que componen los nombres de sus partidos políticos.
El principal problema de la ciudad es la falta de empleo. Es obvio que nuestra ciudad carece de una industria que pueda sostener la economía de la misma, pero una ciudad no puede vivir sólo de ayudas europeas, de ayudas sociales y de trabajos en la administración pública. Muchos piensan que no existe solución a este problema coyuntural que nos azota fuertemente desde los años 80, pero que hoy día nos convierte en una población más cercana al tercer mundo que al primero.
Lo primero que debe hacer un consistorio es entender a Cádiz dentro de un conjunto metropolitano de la Bahía, luchar codo con codo con los demás ayuntamientos vecinos y unir fuerzas de cara a las instituciones. Hay terreno de sobra para crear industria y para que las grandes empresas inviertan se necesitan una serie de facilidades que deben ser puestas sobre la mesa.
En cuanto a la ciudad en sí de Cádiz, tenemos una zona franca inservible, unos exteriores de la zona franca abandonados… Se solucionaría con un abaratamiento del suelo y la expropiación de las naves que lleven más de dos años sin actividad. Esto es una medida aparentemente ilegal pero por la que se debería de luchar ante las autoridades competentes para que se cambie la ley. Una ciudad con un 42% de paro no puede permitirse tener una zona industrial que parece un plató para rodar películas del Oeste.
El turismo es una de las grandes apuestas. Pero para atraer turistas y que estos turistas gasten sus perras hay que ofrecerles algo. El estado del Patrimonio de la ciudad es lamentable. Una inversión necesaria que crearía multitud de puestos de trabajos que subsanarían en parte la penosa economía de la ciudad retribuyendo en la propia ciudad. Creación de centros de interpretación temáticos, conjuntos arqueológicos de nivel, cualificación de la población para poder servir a esos turistas, mantenimiento continúo de nuestro patrimonio, apuesta por la artesanía y los productos locales. El turista no quiere llegar a esta ciudad para tener lo que ya tiene en la suya. Hay que pensar el comercio que se fomenta de cara a estas personas, y hay que hacerlo de forma inteligente.
La pérdida de población hacia zonas limítrofes. Cádiz ha pasado de 160.000 a no más de 100.000 habitantes. Este hecho es un claro ejemplo de que las cosas no se están haciendo bien. El precio de la vivienda debería estar legislado en unos límites aceptables y no con intereses especulativos. El negocio del ladrillo y el solar en esta ciudad debe ser cuidado, con las libertades pertinentes, pero mirando por el bien del conjunto de la ciudadanía, que es la que demanda la oferta principal de comercios de la zona. Sin habitantes, evidentemente, la demanda cae, lo que hace que la oferta se diluya y los negocios cierren.
Estos son sólo algunas de mis propuestas, esbozadas de manera general, pero que creo son interesantes para que al menos alguno de los alcaldables les eche un vistazo. Yo dejo mi puerta abierta a todo aquel que quiera dialogar conmigo, pues yo soy un ciudadano uno, un habitante de Cádiz, de los que sufren el paro, de los que no tienen bienes, de los que apenas subsisten cada mes y que no puede formar una familia por la falta de oportunidades que encuentro en mi ciudad a la que adoro. Lamentablemente, si la cosa sigue en la misma tesitura, seré uno más de los que la abandonan buscando lugares donde me reciban mejor. DIARIO Bahía de Cádiz Moisés Camacho