En el 1598, se empezaron a construir las murallas de mi tierra, para protegernos del pérfido invasor. Con el paso de los siglos, han sufrido variaciones: para ayudar a crecer la ciudad dentro de sus pequeños límites se sacrificaron las de la zona portuaria, innumerables cambios de farolas, de solería, de elementos ornamentales como los antiguos telescopios que recuerdo de mi infancia. Cambios, que nunca pusieron en duda de que se trataba del mirador más hermoso que nuestra bahía pudiera tener.
Citando una copla de Luis Ripoll: “Para señalar al norte hay que irse a la alameda y contemplar la bahía asomado a su balcón”, y para no ir cojo, otra de don Enrique Villegas: “En el verano me siento feliz con el frescor de la brisa del mar con el perfume de plantas y flores viendo las barquilla que vienen y van. Desde mi pedestal he sentido disparos y bombas, piropos y besos y risas y llantos y algún guantazo. Junto a mi pedestal han parado secretos amantes algún maleante y algún literato”.
Y ahora, en otro de sus designios faraónicos unilaterales, nuestra señora alcaldesa ha decidido dilapidar casi dos millones de euros en un pasillo, en lo que ahora llaman una pérgola mirador. ¿Para qué? Pues, para ver desde unos metros más arriba lo que siempre se ha contemplado.
Encima justifica este derroche con un par de oficinitas que en verano gastarán un dineral en aire acondicionado y un montón de zona techada, efectivamente por eso es una pérgola. Señora Teófila, cuando en ‘Los Millonarios’ Juan Carlos Aragón le pidió que construyera más puentes para proteger a los mendigos, a lo mejor usted por ser norteña no lo pilló, pero era una ironía, porque solo para eso valdrán los espacios cubiertos para albergar a sin techos.
Quería lograr usted mejores vistas, bien es algo loable. ¿No hubiera sido más fácil abrir el acceso al tejado del Reina Sofía? ¿O habilitar algo en el Museo de Arte Contemporáneo? En ese ECCO, que nombre tan poco acertado, ya que dudo que nadie que entre repita, a lo mejor así valdría para algo más que un par de exposiciones, aun me impactan los jamones mordidos por perros, dudo que los saque nunca de mi memoria. Pero claro eso es pensar, luce menos, eso a lo mejor deja menos porcentaje en bolsillos agradecidos a la gaviota.
¿Cuánto dinero se lleva despilfarrado en la zona del Parque Genovés? ¿Cuántas veces se han replantado esos parterres oxidados, maldita moda, donde nunca agarran las plantas, nadie piensa que en una área con tanto aporte salino se necesitan plantas autóctonas, dígale a Dolores Palomino que se dé una vuelta por la muralla de Santa María del Mar y que vea lo que ha nacido de forma natural, eso es nuestra flora, eso es lo que arraiga en tierra salina, lo demás es ganas de tirar dinero a la basura, bueno, no todo va a la basura su comisión se irá al bolsillo.
Columpios que se eliminan, zonas engomadas, que se ponen y se quitan en menos de un mes, dinero quemado mientras el teatro Pemán, eso sí es necesario, no avanza.
Miles de proyectos que se pueden hacer, edificios que se podrían expropiar a la maldita Junta de Andalucía, el Olivillo, Náuticas… la construcción de la punta San Felipe que desde el 92 nos recuerda la vergüenza de la malversación. En ellos se podrían construir un museo del carnaval, uno sobre cine con las películas que se han rodado en nuestra provincia, casas, facultades… pero por lo que veo, eso que de verdad ayudaría, no interesa. Mejor esa mierda de pasarela, a ver quién es el guapo que pasea por ella en pleno agosto.
En fin, solo espero que reconozca que se ha equivocado, aunque lo dudo, y mucho más dudo que tenga un ejercicio de honradez, aunque para ser político hay que ser tullido moral, y pague usted de su bolsillo esa aberración. Porque a Cádiz precisamente el dinero no le sobra. DIARIO Bahía de Cádiz
asi se dicen las cosas Santa