La carrera hacia la alcaldía de Jerez ha comenzado y vamos viendo cómo los movimientos de los candidatos solo van encaminados a convencer a los votantes a que les voten, sin importarles para nada, si lo que dicen puede ser realizable o lo van a cumplir.
Estamos viendo estos días como el jerezanismo se apodera del mensaje. Todos son más jerezanos que nadie, o más de izquierda, o más patriota y todos los adjetivos que podamos ponernos. Pero lo cierto es que los votantes en un pueblo como el nuestro nos conocen y saben de qué pata cojeamos cada uno y ya no son fáciles de engañar. Cuando se les intenta engañar las personas pasan de los partidos y el día de las elecciones pondrán en valor otras cosas antes que ir a votar. Entonces nos quejaremos de la abstención, cuando la pregunta sería: ¿les he querido engañar? ¿Por qué?
Hay políticos que tienen objetivos muy concretos. Uno de ellos puede ser el salario. ¿Dónde van a ganar el salario que ganan ocupando un cargo público? ¿Desde cuándo esta en política? ¿Dónde ha trabajado antes? ¿A cuánta gente han enchufado? ¡Que lo digan! Pregúnteles en los mítines o en los debates.
Otros buscan recursos para sus organizaciones, hay alguna que lo lleva haciendo durante cuarenta años y esto lo digo con conocimiento de causa. Muchos de los concejales de esta ciudad, una vez que no obtienen recursos económicos desaparecen de la escena pública y social, ya no se les ve reivindicando nada ni luchando por los demás, algunos solo sirven para estar de tertulias diciéndoles a los demás cómo tienen que hacer las cosas.
Hacer política no es solo tener un cargo. Hacer política es denunciar la injusticia y comprometerse a cambiar la vida de los demás, para que puedan vivir mejor. Esto se hace desde la vida diaria organizándose para combatir un sistema que, aunque parezca bueno, va dejando un rastro de desigualdad, precariedad, pobreza y una tierra cada día más deteriorada y sin apenas recursos para las generaciones venideras. DIARIO Bahía de Cádiz