Han bastado tan solo unas horas para que el fuego borre de un plumazo el lugar de nuestros recuerdos infantiles y de juventud, no solo a los ciudadanos de Puerto Real, sino de toda la Bahía gaditana; han sido generaciones enteras de puertorrealeños en particular y gaditanos en general, las que hemos disfrutado de ese bosque, casi selvático, donde la chiquillería más que nadie, ha gozado y se ha divertido en ese paraje natural inigualable. ¿Quién no ha entablado batallas contra la pandilla rival? ¿Quién no ha jugado un partido de futbol? ¿Quién no recuerda el primer beso? ¡Cuántas excursiones nos llevaron a divertirnos a Las Canteras!
La historia nos remonta al siglo XVI cuando en el lugar proliferaban las canteras de donde se extraían la piedra ostionera que fueron utilizadas para la construcción de infinidad de edificios y fortificaciones, entre ellas la Prioral de San Sebastián o la Catedral de Sevilla; fue durante el siglo XIX cuando agotadas las explotaciones industriales, y ya como parque, el pueblo disfrutaba del ocio en el lugar, que aunque de propiedad privada, se permitía el uso público del pinar, hasta que el propietario decidió venderlo a principios del pasado siglo, y el pueblo, encabezado por su Ayuntamiento, ante la inminente pérdida de tan preciado lugar, y mediante colecta popular adquirió el Parque de Las Canteras, siendo desde entonces propiedad del pueblo de Puerto Real.
No sabemos si el fuego ha sido fortuito o provocado, todo parece indicar que ha sido esto último; cuesta trabajo imaginar que exista alguien que pueda tener la maldad o la falta de sensibilidad de tramar y llevar a cabo una acción tan deplorable; están abiertas investigaciones para aclarar el origen y las causas del suceso, que esperemos tengan éxito, y en caso de que haya responsables, sean detenidos, juzgados y condenados, pero si no se lograsen localizar, les deseo que no concilien el sueño ni un solo día de sus vidas.
Si existen algunas personas deleznables que puedan imaginar y realizar tal barbaridad, es cierto que también existen muchísimas más en nuestro pueblo, que salieron de sus casas con cubos, mangueras, y todo tipo de pertrechos para tratar de sofocar las llamas y evitar que llegasen a las calles y casas del pueblo; Puerto Real, una vez más, ha sabido dar respuesta a una desgracia con unidad, fuerza y valentía, dando ejemplo de solidaridad como tantas veces a lo largo de la historia ha sabido hacer. Gracias mil, a los hombres y mujeres de nuestro pueblo.
El fuego acabó con todas esas historias, o al menos eso es lo que pretende; pero la ciudadanía de Puerto Real y de la Bahía gaditana no puede ni debe permitir que nuestros hijos, nietos y las generaciones futuras se vean privados del disfrute del pulmón verde de la Bahía de Cádiz, que nuestros ancestros nos legaron.
Puerto Real, una vez más, ha sabido dar respuesta a una desgracia con unidad, fuerza y valentía, dando ejemplo de solidaridad como tantas veces a lo largo de la historia ha sabido hacer. Gracias mil
No dudamos de que las administraciones públicas harán todo lo posible por restaurar el paisaje, pero tardarán años, quizás décadas, en que se pueda volver a ver el Pinar de Las Canteras en todo su esplendor; yo ya no podré verlo, mi edad no me lo permitirá, tendré que guardar en mi memoria el último paseo que di la misma mañana del suceso, horas antes de que se perdiera.
Pero la ciudadanía no debe quedarse impasible esperando a que las administraciones actúen, también debemos actuar, igual que nuestros antepasados hicieron para comprar el pinar cuando estaba en peligro de caer en manos privadas sin saber cuál sería su futuro. Igual que ese fatídico 6 de agosto en el que los hombres y mujeres de Puerto Real salieron a tratar de apagar el fuego.
El Pinar de Las Canteras debe salir reforzado de la desgracia, y tiene que volver a relucir mejor que antes; una reforestación respetuosa y adecuada por parte de las administraciones, debe ir acompañada de una vigilancia, limpieza y mantenimiento de las que últimamente carecía, y que ha dado como resultado la última catástrofe.
Desde aquí quiero lanzar la idea de que al igual que al principio del siglo pasado, una colecta popular consiguió la propiedad del pinar, hagamos otra colecta para dotar al mismo de una red de bocas de riego o contra-incendios, así como de cámaras de seguridad, que impidan la repetición de tan desgraciados hechos. DIARIO Bahía de Cádiz