Algunos grandes medios de comunicación como The Guardian o La Vanguardia han anunciado su retirada de la red social X, antes Twitter, por considerar que desde que Elon Musk se hiciera con el control se ha convertido en una caja de resonancia de desinformación, de bulos, de absurdas teorías conspiranoicas y de ideas que atentan directamente contra los derechos humanos fomentando el odio visceral contra minorías étnicas o sociales, todo ello multiplicado por algoritmos y bots previamente diseñados.
Intentar contrarrestar todo ese caudal de mentiras, de mensajes de odio y de teorías imposibles supone un grandísimo esfuerzo capaz de agotar a cualquiera, es cierto, pero si vamos abandonando esos espacios donde son cada vez más fuertes es en cierto modo una rendición ante el enemigo, aunque sea totalmente comprensible la necesidad de retirarse a veces para preservar la propia salud mental y emocional.
Pero, el problema es todavía más grave. Las mentiras, los bulos, los mensajes de odio, no llegan sólo por las redes.
Y es que grandes medios meanstream de radio, televisión, replican sin pudor alguno las mentiras de comunicadores o importantes líderes políticos de derecha y ultraderecha en horarios de máxima audiencia, llegando a un punto en el que como decía la Filósofa Hanna Arendt la consecuencia de tantas mentiras no será que no creas en ellas, sino que finalmente nadie crea en nada.
el problema es todavía más grave. Las mentiras, los bulos, los mensajes de odio, no llegan sólo por las redes
La retahíla de mentiras vertidas por el líder de la oposición del país, Alberto Núñez Feijóo tanto en la entrevista de Susanna Griso en Antena 3 como en su comparecencia ayer mismo ante los medios de comunicación del Congreso, descargando responsabilidades por la tragedia de la Dana en el Gobierno y en concreto en Teresa Ribera, llama la atención por insostenibles cuando ya es un clamor que el presidente de la Generalitat posiblemente incluso pueda ser procesado por su negligente actuación durante el día de autos que ha causado muchas muertes y una terrible desolación en la zona afectada bajo su responsabilidad.
La frase que tanto hemos escuchado de “dato mata relato” parece que pierda todo sentido para algunos cuando ya no importa en absoluto la realidad si va en contra de los objetivos establecidos.
Seguiremos intentando crear redes y sinergias que como la mancha de aceite, pueda ir extendiéndose cada vez más entre tanta mugre reaccionaria y peligrosa. No queda otra. DIARIO Bahía de Cádiz