El pasado 7 de agosto fuimos testigos de un hecho asombroso en nuestro ayuntamiento, y no me refiero a que se convocase un pleno en mitad de agosto, que también. Me refiero a que en ese pleno de manera llamémosle “discreta” aprobamos las cuentas generales del año 2013. Sí han leído bien, 2013.
Pese que estas se tienen que aprobar al año siguiente antes de junio del año siguiente, nuestro ayuntamiento para variar está en una de esas listas negras, no solo porque debamos de aprobar todavía 2014, 2015, 2016 y 2017. Es que la última aprobada era del 2003.
¿Culpables? Todos un poco, por supuesto los máximos responsables el PP con sus 8 años de esto-no-va-conmigo, IP actualmente Ciudadanos que algo intento y el PSOE que a muchos se les olvida gobernó con IP en su último tramo (2003-2007).
Desde el 2 de marzo nuestro alcalde, junto con otros 22 de toda Andalucía, recibió del Tribunal de Cuentas requerimientos conminatorios con un plazo de cuatro meses para que rindan las Cuentas Generales correspondientes a los ejercicios 2013, 2014, 2015 y 2016. Advirtiendo de la imposición de multas, motivo que ha llevado a elaborar la Cuenta del año 2013, a pesar de que está pendiente rendir desde el ejercicio 2004 en adelante, conllevando esto limitaciones y deficiencias como anuncia el informe de intervención.
Seguramente, nuestro actual alcalde del PSOE tenga una responsabilidad relativa, teniendo en cuenta el histórico de los retrasos. Sin embargo, no deja de ser sorprendente que no haya movido un dedo para aprobar dichas cuentas hasta que las amenazas de multas iban dirigidas a su propio bolsillo.
Digo que la responsabilidad es relativa ya que ellos se encontraron un ayuntamiento desbordado administrativamente, dichos retrasos como otras carencias, se vienen produciendo por la falta de medios, tanto tecnológicos como humanos en el consistorio. Pero esa herencia también había que trabajarla, de manera transversal, con voluntad y lideradas desde el área de personal.
Se ve a leguas que nuestro ayuntamiento necesita una restructuración integral. Áreas ineficaces, áreas desatendidas, áreas sin personal, desconocimiento de concejales o técnicos de otras áreas, áreas que no se modernizan, etc. Esta reestructuración sí es responsabilidad directa de este equipo de gobierno, y parece evidente que no le han dado la prioridad necesaria, ya que en tres años han pasado hasta tres concejales distintos por el área de personal.
Debemos de congratularnos porque por fin se mueven, pero claramente no estamos cumpliendo el plazo, así que la amenaza de la multa sigue sobrevolando la cabeza de nuestro alcalde cual gaviota al acecho.
Es un buen aviso a navegantes, amenazar con tocar el bolsillo al político antes de que la cosa vaya a más. Pero esa no debería ser aparentemente la única motivación de nuestro alcalde. ¿Qué opináis? DIARIO Bahía de Cádiz