Estas fiestas hemos tenido (en El Puerto) dos protagonistas, ambos por razones muy distintas. El inesperado, Curro Martínez como responsable del área de Mantenimiento Urbano. Y el esperado, David Calleja como responsable del área de Fiestas.
Comenzaré por comentar y opinar respecto al fatídico accidente que costó la vida a un vecino de las viñas, donde todos los focos buscaron la cabeza del concejal Curro Martínez. Tengo claro que, si en su delegación de competencias aparece como responsable de mantenimiento urbano, él era el responsable junto al alcalde (quien delega), de que ese semáforo que ya se había denunciado como punto negro no funcionase. No he querido entrar en caliente a opinar, ni tampoco desde Unión Portuense, sobre todo para no fomentar el morbo que para muchos supone una trágica muerte, y menos en plenas fiestas.
No íbamos a pedir la dimisión del concejal por el trágico accidente, pero, tras su nefasta respuesta a la polémica, le pedimos una rectificación y disculpa o, de lo contrario, su dimisión. Fue deplorable que su única respuesta ante una manifiesta dejación de sus funciones haya sido lanzar balones fuera y escudarse en la falta de contrato, “son tres años y es una prioridad para él”. Hablar de prioridad cuando ya lleva siete meses en el cargo nos hace dudar. Estamos hablando de un contrato de 30.500 euros que no supone complejidad alguna para justificar esos retrasos. Aun así, para estos casos, se pueden realizar actuaciones paralelas al contrato como arreglos de emergencia, como le advertimos en el pleno ordinario de diciembre. También se podían colocar resaltos o reforzar con señales verticales pero la realidad es que, en un punto peligroso a todas vistas y denunciado, no se tomó ni una sola medida.
Con este razonamiento, con un poco de dignidad, ya es más que suficiente que un responsable político presentase su dimisión. Nosotros creemos que, ante una situación tan trágica, no debíamos alentar la polémica, pero, tras el paso de las fiestas y analizar sus declaraciones, queremos mostrar nuestra indignación con todo lo ocurrido.
El otro protagonista, “planeta Calleja”, hasta en las televisiones privadas lo anuncian. Hoy todos, incluido yo mismo, tenemos un doctorado en Cabalgata de Reyes, y eso es gracias a la expectación que David Calleja con su trabajo ha creado. A mí, tanta connotación religiosa y tanto protagonismo de él y del alcalde, no me gusta absolutamente nada. Aunque si este autobombo basado en el marketing funciona y crea expectación e ilusión, bienvenida sea.
Algunos recordamos las deleznables y mezquinas notas del actual concejal de “algo”, Javier Bello, rebuznando odio contra concejales de fiestas contrarios, por “errores” muchos menos graves de los que este año hemos visto. Espero que nadie vuelva a ese nivel. La navidad ha tenido cosas muy buenas, pero otras simplemente ordinarias que nos han querido vender como extraordinarias. La cabalgata pues es obvio que ha tenido errores coyunturales y estructurales, más allá de los gustos. Y es por ello, que le pido a David Calleja que atienda y asuma las críticas, con buen espíritu para poder mejorar y tener más fuerza para la próxima fiesta. Y, sobre todo, que evite el empacho de los adoradores y palmeros. DIARIO Bahía de Cádiz