El mundo se ha visto impactado el sábado 7 de octubre por la gran ofensiva de la resistencia palestina, encabezada por el movimiento Hamas, que desde la Franja de Gaza lanzó miles de cohetes hacia Israel.
En este sorpresivo ataque, la resistencia palestina logró penetrar por vía terrestre con milicianos en 25 puntos distintos de la frontera sur con Israel. Acción en la que habrían tomado como rehenes a más de 100 personas entre civiles y militares. Se considera que hubo 200 muertos y miles de heridos en Israel. Las imágenes mostraron a milicianos palestinos quemando un tanque israelí, y deteniendo a sus ocupantes, así como transitando por la Franja de Gaza con vehículos militares capturados al ejército israelí, ante la algarabía popular. Nunca había ocurrido algo así.
Israel, y en especial el gobierno ultraderechista de Netanyahu, sufrió uno de los ataques más humillantes de su historia. Que golpea al aparato invasor sionista que se jacta de sus armas y su tecnología. Todos sus servicios de inteligencia y de seguridad fallaron. Desde la Cúpula de Hierro y la Honda de David al Arrow. Los sistemas de defensa aérea de Israel son tan sofisticados y han sido tan exitosos que Finlandia y Alemania acaban de comprarlos.
Esto solo se explica por dos razones: uno, por la aguda crisis política que sufre el invasor desde que Netanyahu quiso aplicar una reforma judicial que es rechazada por movilizaciones masivas semanales de la propia población israelí, y que ha dividido hasta a las mismas fuerzas de seguridad y militares, y dos, por la extraordinaria e inquebrantable fortaleza y masividad de la resistencia palestina, que lleva 75 años de lucha contra el estado de apartheid.
Esta inesperada ofensiva desde la Franja de Gaza no es más que la reacción lógica ante el hartazgo del pueblo palestino que desde antes de 1948 viene sufriendo cotidianamente los asesinatos de jóvenes, niños, mujeres y ancianos en Gaza, Cisjordania y todos los territorios ocupados por el sionismo israelí. Hartazgo por el robo de sus tierras, la quema de árboles de olivo, la destrucción de sus viviendas, quema de vehículos; todo tipo de vejámenes y humillaciones en los puntos de control establecidos por Israel en las fronteras con Gaza y los territorios ocupados. La Franja de Gaza es una “cárcel a cielo abierto” que sufre un bloqueo criminal de Israel y donde la mayor parte de la población vive por debajo de los niveles de pobreza.
En lo que va de 2023, un total de 250 palestinos han sido asesinados, de los cuales 44 son niños, 38 en Cisjordania y seis en Gaza. Los dos últimos años se han producido cifras récord de palestinos asesinados por las fuerzas militares de Israel.
En Cisjordania cotidianamente los colonos armados y apoyados por las fuerzas de seguridad (y alentados por el gobierno ultraderechista de Netanyahu) matan, atacan las propiedades de los palestinos, mientras avanza inexorablemente la limpieza étnica, con la expulsión de palestinos a los que les derrumban las casas.
En los últimos días se han recrudecido los ataques de los colonos y del ejército sionista. Decenas de colonos, aupados por organizaciones de extrema derecha y ultrarreligiosas, han entrado por la fuerza los últimos cinco días en la mezquita de Al Aqsa en la ocupada Jerusalén Este. La mezquita es el tercer lugar más sagrado del mundo para los musulmanes.
Terrorista es Israel, el estado de apartheid, el sionismo invasor y racista, que lleva más de siete décadas de opresión y limpieza étnica. Las acciones de la resistencia palestina no son terrorismo
El ataque de ahora no es más que la expresión del legítimo derecho del pueblo palestino a defenderse frente al crimen y el genocidio que viene cometiendo el estado genocida-sionista de Israel dese hace décadas.
Ante ello se ha formado una santa alianza del imperialismo norteamericano, la Unión Europea, distintos gobiernos burgueses del mundo, y los grandes medios de comunicación, tildando de terroristas a las milicias palestinas. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, catalogó la acción como un “sin sentido” y como “terrorismo”, mientras que afirmó que la entidad racista y genocida de Israel “tenía derecho a defenderse”. Por su parte, Biden se comunicó con Netanyahu y le dijo que “Israel tendría todo lo que necesite para defenderse”. Hasta el falso “izquierdista” Lula ha salido, vergonzosamente, a denunciar las acciones de los palestinos de “terrorismo” y a defender a Israel.
Terrorista es Israel, el estado de apartheid, el sionismo invasor y racista, que lleva más de siete décadas de opresión y limpieza étnica. Las acciones de la resistencia palestina no son terrorismo, son acciones de legítima defensa de sus tierras, de sus vidas y de su dignidad.
Ahora Netanyahu apoyado por el imperialismo yanky y europeo, sale a proclamar una nueva guerra criminal, bombardeando abiertamente a la población de la Franja de Gaza y a amenazar con una nueva invasión terrestre.
Desde la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI) damos nuestra solidaridad irrestricta al pueblo palestino que valerosamente sigue defendiendo sus tierras y derechos frente al ocupante sionista.
La UIT-CI reafirma que la única solución posible a la situación en la región es luchar por el fin del estado sionista y genocida de Israel y por un estado único laico, democrático y no racista en todo el territorio histórico de Palestina, donde a partir la devolución de las tierras y casas robadas a los palestinos, puedan convivir todas las comunidades en el marco del respecto de todas las creencias.
Llamamos a que los pueblos del mundo se movilicen y muestren su apoyo a los palestinos, como ya está sucediendo en Turquía y otros países. Llamamos a las organizaciones populares sindicales, democráticas y de izquierda a mostrar su solidaridad activa con el pueblo palestino, apoyando su actual resistencia y repudiando los criminales bombardeos perpetrados por el estado sionista de Israel. DIARIO Bahía de Cádiz