Para la Junta de Andalucía, América no existió hasta 1492. O mejor dicho, lo que hoy conocemos como continente americano, y que obviamente estaba ahí mucho antes de que Colón o cualquier otro mito similar hubiese ni tan siquiera nacido.
Así se deduce de las Instrucciones de 24 de septiembre de la consejería de Educación y Deporte, mediante las que obliga a todos los centros educativos andaluces a desarrollar actuaciones con motivo de la celebración de la muy rancio-imperial efeméride del 12 de octubre, fecha que el texto normativo -firmado por Antonio Segura Marrero, director general de Formación del Profesorado e Innovación Educativa- cataloga como la del “descubrimiento de este nuevo territorio” y el inicio de nuevas relaciones de poder, patrones económicos y profundas transformaciones sociales.
Tal y como haría cualquier manual escolar de los años 50. Pues sí: culturas y naciones destruidas, esclavizadas, adoctrinadas y homogeneizadas por obra y gracia del colonialismo (en este caso, de la corona de Castilla) que sigue glosándose como una gesta sin el más mínimo espacio para la crítica.
Por si fuera poco, esta tóxica y empobrecedora visión eurocéntrica (a todos los niveles: cultural, racial, lingüístico y religioso) adquiere en las citadas Instrucciones un curioso giro, al afirmar sin rubor, que la importante influencia de estos hechos en la cultura andaluza se debe únicamente al lugar geográfico que ocupamos en el mundo…
Desde Ustea denunciamos, por tanto, que se pretenda, por parte de la consejería, que los centros aborden esta cuestión mediante una visión acrítica de la historia, construyendo un relato mitificado sobre los acontecimientos relacionados con el descubrimiento de América, en el que se obvia, oculta y se pretende ignorar la realidad colonialista de este episodio que ha condicionado y condiciona la historia de los pueblos del continente americano. DIARIO Bahía de Cádiz