Se cumple esta semana un año desde la celebración de las últimas elecciones municipales. Quise dejar este tiempo prudencial para hacer públicas algunas reflexiones personales sobre mi etapa como alcalde de El Puerto, el más noble honor que he tenido el privilegio de ostentar en mi vida.
Los cuatro años que me tocó gobernar fueron tiempos dificiles. Obviamente ahora estamos sufriendo una pandemia, mucho más dramática pues están muriendo personas, que son lo más importante. En mi caso, me tocó afrontar 147 millones de deuda, 20 años de decadencia del centro histórico, otros tantos años de urbanismo sin regularizar a 15.000 familias residiendo en el limbo, 12.000 portuenses en paro… y muchos casos individuales, personas que me confiaron sus problemas, a veces desde la impotencia de no poder resolverlos pero siempre ofreciéndoles comprensión y cercanía.
Han sido cuatro años solo. Cuatro intensísimos años. Me han curtido políticamente pero, sobre todo, me han humanizado como persona. Siempre pretendí ser cercano, escuchar a todo el mundo. Respetar cuaqluier opinión contraria a la mía. Ser justo.
A prepararme, a estudiar, a leer infinidad de papeles cada noche, dediqué las horas de mi familia (les pido perdón a mi mujer Miriam y a mis hijos Carmina y David, pues me he perdido su infancia).
A pelear por nuestra ciudad gobernase el partido que gobernase en el Ministerio de Hacienda o en la Junta de Andalucía, dediqué mis fuerzas dialécticas. Y apliqué mis capacidades negociadoras a asegurar inversiones para El Puerto, tratando a los empresarios con exquisitez a la vez que con el rigor de una Administración regida por la ética y la egalidad.
Con un equipo de personas de quienes me siento orgulloso, logramos reducir la deuda en 50 millones y pagar a proveedores. Redactamos el Peprichye, la ordenanza de regularización de EMAS, y la de simplificación de las Licencias. Llevamos a las barriadas no solo inversiones, actividades culturales o pistas deportivas, sino el derecho a ser tratados como ciudadanos de primera (como me instruía mi llorada Pepi Sánchez).
Todos trabajamos duro para captar 22 millones de euros en planes como la EDUSI para recuperar el río Guadalete, la ITI para dignificar la barriada Los Milagros, la ITI para rememorar en el Palacio de Aranibar en añorado Puerto de Cargadores a Indias, la ITI para peatonalizar Bajamar hasta Misericordia, entre otros.
En cartera quedaron muchos proyectos por desarrollar, y me congratula que el actual gobierno haya continuado varios: el deporte, los eventos en la calle, potenciar las fiestas tradicionales o la cultura local…
Reitero dos ofrecimientos: quien gobierne esta bendita ciudad tendrá un PSOE apoyando todo aquello que sea bueno para los portuenses. Y a mí personalmente aportando todo lo que pueda para nuestra ciudad, desde la posición que ocupe. Como Diputado provincial esta semana he presentado al alcalde un plan de empleo y un plan de ayuda social con 850.000 euros para El Puerto. Y en breve como presidente de la Mancomunidad de la Bahía aportaré otras medidas para El Puerto.
Con la perspectiva que da el tiempo, quisiera corresponder todo el honor que me han dado los ciudadanos de El Puerto. Seguir siendo sencillo y cercano, como mis padres me inculcaron. No sé si fui un buen alcalde, pero sí quisiera haber sido un alcalde bueno. DIARIO Bahía de Cádiz