Desde El Brote Rebelde decimos alto y claro: NO al cierre de Airbus Puerto Real. NO a que la clase trabajadora pague las consecuencias de otra crisis.
La pandemia ha agudizado la crisis del modelo industrial y productivo de la Bahía de Cádiz. Esta crísis está vinculada a las relaciones de producción a nivel mundial, donde los y las trabajadoras somos tratados como meros peones en el tablero de las luchas económicas y de poder.
Hemos tenido que soportar un modelo económico productivista y ajeno a las necesidades de las personas y del planeta, un modelo destructivo que está dañando gravemente la biodiversodad y asomándonos al abismo de la extinción. Un modelo basado en la especulación y el beneficio de un minoría por encima de todo lo demás.
Este modelo económico depredador que ha condenado a la pobreza y a la miseria a la mayoría de la población mundial, es también quien está condenando al paro y a la miseria a la Bahía de Cádiz, destruyendo desde hace mucho el poco tejido industrial que queda y sin alternativa alguna.. Esta destrucción paulatina está directamente relacionada con subcontrataciones y externalizaciones de la mayor parte de los servicios a empresas privadas, generando precarización e incumplimientos de convenios constantes, inestabilidad laboral e incertidumbre.
La situación trágica en la que se encuentra la industria en Cádiz, en ningún caso es responsabilidad de los trabajadores y trabajadoras, sino que responde a un desmantelamiento planificado del tejido industrial de la zona. La fatal distribución de carga de trabajo ha supuesto una amenaza continua que ha facilitado la pérdida de derechos y la privatización de los servicios a través de la subcontratación de empresas privadas.
El cierre de Airbus no responde a ningún planteamieno decrecentista por parte de esta multinacional, que al tiempo que cierra Puerto Real inaugura una ampliación en Getafe. Tampoco se debe a pérdidas económicas, siendo una de las empresas con más beneficios del mundo. Que haga un sólo despido sería intolerable, pero encima pretenden cerrar una planta entera en una de las zonas más castigadas por el paro, por tanto debemos impedirlo de forma rotunda y que sirva así también como un paso adelante contra la dependencia del turismo y la hostelería, y de un sistema laboral estructuralmente volátil en general, al que el cierre de la planta nos sometería aún más.
La recepción de los fondos Next Generation se ha anunciado como una medida generosa y y se supone que, con ellos, los Estados deben afrontar las consecuencias generadas por la pandemia. Si ya de por sí es preocupante que estos fondos tengamos que pagárselos a los mismos bancos responsables de las últimas crisis económicas, a los cuáles hemos rescatado encima con dinero público. Mucho más preocupante es que en este contexto de crisis sanitaria y social haya empresas multimillonarias que estén amenazando con EREs masivos, sin ningún tipo de escrúpulos. Por esto mismo, es inadmisible que estas mismas corporaciones tengan la intención de ser firmes aspirantes a estos fondos.
También es llamativo que Iberdrola prometa colocar en el fondo marino de la Bahía de Cádiz una planta de energía eólica marina, por supuesto esto condicionado a recibir estos fondos europeos de dinero público, y que aparentemente ahora se preocupen del medio ambiente siendo una de las principales responsables de la crisis climática a la que nos enfrentamos.
¿Acaso quieren que los propios trabajadores y trabajadoras de la Bahía salgamos a pedir esos fondos para estas macroempresas en base al chantaje del paro y la pobreza?
Sabemos que hay que transitar lo antes posible a energías respetuosas con el medio ambiente, pero para ello no necesitamos a intermediarios como Iberdrola, Endesa o Repsol… Más bien lo que deberíamos es pedir que damnifiquen a todas las comunidades que han dañado, a todos los trabajadores y trabajadoras y que reparen todo el daño que han hecho durante todo este tiempo. Ni un sólo fondo público más debería acabar en sus bolsillos.
Por ello, reivindicamos:
-Una Navantia y Airbus 100% públicas.
Si realmente estos fondos van a ir destinados a paliar las consecuencias de esta nueva crisis, nuestra propuesta es un sector naval y aeronáutico público y saneado, revirtiendo todo el proceso de privatizaciones y externalizaciones.
-Subrogación de las plantillas de trabajadores de las empresas auxiliares.
Para así generar por parte de Navantia y Airbus unos puestos de trabajo estables y en condiciones dignas.
-Inversión para una verdadera transición ecológica.
En vez de dar esos fondos europeos a empresas privadas como Iberdrola o Endesa, que necesitan reciclarse y quieren hacerlo con dinero público. Esa inversión debe ir destinada a tener una industria pública y saneada. Con la subrogación de las plantillas auxiliares, tenemos todo lo necesario para fabricar plantas eólicas-marinas, como ya hemos hecho en nuestras propias instalaciones, pero esta vez en vez de fabricarlas para Iberdrola o Endesa, queremos hacerlo desde lo público para beneficio público. Esto nos permitiría tener control real de calidad sostenible y al mismo tiempo nos daría la facultad para hacernos cargo de todo el proceso: la fabricación, instalación, el futuro mantenimiento de las mismas, desguace si fuera necesario, innovaciones y mejoras. Todo al servicio del bien común y no del beneficio privado.
Podríamos expandir nuestra producción hacia el transporte público sostenible, su modernización y mantenimiento, o un sector dedicado a la conversión del automóvil de hoy hacia modelos acordes al medioambiente y su reparación, recuperando un sector que también estaba implantado en la Bahía de Cádiz antes del cierre de General Motors, que dejó en la calle a cientos de trabajadores. En lugar del anterior modelo fracasado, este es el modelo que debemos empezar a implementar con esos fondos, dejando fuera de sectores tan rentables como la energía o el transporte a intermediarios privados que sólo vienen a llevarse subvenciones, a precarizar y a desangrarnos hasta la última gota para luego marcharse.
–Bajo el control de los propios trabajadores y trabajadoras.
Para así asegurarnos que que estas empresas 100% públicas cumplen la función social para la que están diseñadas, respetando condiciones laborales dignas, evitando el enchufismo y las listas negras.
Es momento de extender brotes de rebeldía, solidaridad y dignidad. DIARIO Bahía de Cádiz