En los últimos días hemos visto como el rojo se ha apoderado de las fotos de perfil de las redes sociales de muchos artistas. Y eso ha sido así porque se nos ha encendido la luz de alerta. Hemos visto amenazada la continuidad de nuestro arte por la Covid-19 y por las excesivas trabas y limitaciones que nos imponen. Nos han hecho sentir prescindibles cuando no lo somos.
Somos necesarios, somos imprescindibles. El arte y la cultura van mucho más allá de dotar de contenido a nuestros ratos libres y de ocio. También generan empleo de forma directa e indirecta. El que sale a disfrutar de un espectáculo es el que luego consume en un bar o restaurante y, por otro lado, para que ese espectáculo haya sido posible antes ha hecho falta el esfuerzo conjunto de un buen número de profesionales, tanto en escena como fuera de ella.
Somos necesarios, somos imprescindibles. Y lo somos más que nunca, porque es en estos tiempos tan complicados cuando más nos hacen falta el arte y la cultura. Los necesitamos para reencontrarnos con nosotros mismos, para alimentar el alma y para mantener la mente ocupada en esta nueva normalidad de incertidumbre y desasosiego. ¿Acaso no hicimos más llevaderos el confinamiento y la desescalada de muchos compartiendo nuestro talento de forma gratuita por las redes sociales?
Somos necesarios, somos imprescindibles. No somos un capricho, no somos sólo un vehículo de evasión. Somos un bien de primera necesidad. Y cuanto antes sean conscientes las administraciones de esta realidad mejor nos irá a todos. Es obligación de las éstas administraciones hacer que el arte y la cultura sean accesibles para todos, y más en estos tiempos.
Somos necesarios, somos imprescindibles. Por eso es urgente que desde lo público se apueste por nosotros, urge que se reactiven las agendas culturales a niveles estatal, autonómico y municipal. Sabemos que la Covid-19 ha hecho que los hábitos de consumo de la cultura y el arte hayan cambiado. Y sabemos que debemos realizar nuestro oficio ante aforos limitados y cumpliendo una serie de medidas sanitarias y de prevención.
Somos necesarios, somos imprescindibles. Y, en todo momento, somos conocedores de esta complicada situación. Como artistas y empresarios responsables actuamos para priorizar ante todo la salud y el bienestar de nuestra audiencia. La realidad es difícil, pero creemos que las administraciones, echándole ganas e ingenio, pueden hacer más por la cultura siendo fiel a estas medidas. Ganas e ingenio a los que los aristas estamos acostumbrados.
Somos necesarios, somos imprescindibles. La luz de alerta seguirá brillando de rojo hasta que nos aporten la certidumbre necesaria para apagarla. No dejaremos que el foco que nos ilumina sobre un escenario se apague para siempre. No permitiremos que se deje de consumir cultura. DIARIO Bahía de Cádiz