Una vez más, me veo en la obligación de escribir, para clamar por enésima vez a los gobernantes del mal llamado “primer mundo” o “mundo civilizado”, medidas de protección, atención y regulación, para dar una solución digna a las oleadas de migraciones sin control que nos llegan, que están costando miles de vidas a esas personas desesperadas que buscan comida, libertad y dignidad; y miles de millones de dólares o euros a los gobiernos occidentales, que no sirven para contener esas riadas humanas.
Vemos como las corrientes migratorias en lugar de mermar, están creciendo constantemente, la mayor parte generadas por conflictos y guerras, cuyos orígenes casi siempre son por motivos económicos más o menos ocultos, o por ambiciones territoriales de países vecinos.
esta masacre que está cometiendo el estado israelí no conseguirá otra cosa que generar más terroristas que reemplazarán a los fallecidos, con más odio hacia Israel
GUERRA EN GAZA: Así pues, y por citar el último, vemos como Israel, un país creado por la ONU y protegido principalmente por Gran Bretaña y Estados Unidos, para compensar el daño causado por la Alemania Nazi al pueblo judío, en unos territorios de Oriente Medio, donde desde hace cientos, por no decir miles de años, residía el pueblo palestino, al que deliberadamente se ignoró, y desde entonces el pueblo palestino ha sido vilipendiado, humillado, maltratado y expulsado de sus casas y de su territorio por el nuevo estado israelí, todo ello, con el apoyo incondicional y connivencia de la ONU y los países occidentales. El resto de países cierran los ojos o miran para otro lado.
El pueblo palestino, en contra de lo que pensaron ésos países, no se ha resignado a esta humillación, y desde entonces permanece en una constante lucha para que se reconozcan sus derechos y se les restituya lo que desde tiempos inmemoriales ha sido suyo.
La lucha palestina es interpretada desde distintos ángulos, unos negocian diplomáticamente, otros protestan en las calles o en los tribunales e incluso apedreando a los ocupantes, pero otros han sido más radicales y utilizan las armas y el terror para conseguir que se reconozcan sus derechos. El objetivo es el mismo pero el camino y los medios son distintos.
Lo último ha sido el atentado terrorista de Hamás en Israel, que no podemos más que condenar sin ningún tipo de paliativo, pero un estado como es Israel, que dice llamarse democrático y civilizado, no puede ni debe actuar como otra organización terrorista, superando con creces la maldad de los primeros, asesinando indiscriminadamente tanto a los terroristas como a mujeres, ancianos y niños, que nada tienen que ver con Hamás, siendo ignorados y desasistidos, a los que Israel considera como victimas colaterales.
Israel debe comprender que no es posible una victoria militar total sobre los palestinos, y que la solución pasa por la negociación y el reconocimiento de los derechos del pueblo palestino; esta masacre que está cometiendo el estado israelí no conseguirá otra cosa que generar más terroristas que reemplazarán a los fallecidos, con más odio hacia Israel, y que en poco tiempo estarán preparados para otro ataque; esos niños que están sufriendo el terror, a los que han asesinado a sus familias, destruido sus hogares y echados de su tierra, son el germen del terrorismo que seguirá azotando ese lugar.
Ante esta masacre, los gobiernos mal llamados democráticos, solo se atreven a pedir una pausa en los bombardeos a Israel, cuando deberían exigir un alto el fuego inmediato y definitivo, para acabar con la masacre de miles de inocentes, entre los que se encuentras mujeres, ancianos y niños, que son también víctimas de Hamás. Es el pueblo palestino quien sufre doblemente por el daño que les causa Hamás y por el del estado israelí.
Ahora y como medida de gracia autorizarán a abrir el paso fronterizo de Rafah, y lo que pretenden realmente es expulsar a los palestinos definitivamente de sus tierras, causando otro éxodo, esta vez no del pueblo judío con Moisés, sino del pueblo palestino, que se verá obligado a vivir en unas tierras hostiles y áridas como son el desierto del Sinaí; otra nueva migración, otra nueva catástrofe humanitaria, mientras Israel se anexiona mas y mas territorios, con el beneplácito de los gobiernos occidentales. Y digo bien, “los gobiernos” porque los pueblos, la gente llana de esos países, como son Italia, Francia, Portugal, España, Turquía, India, otros sudamericanos y africanos, países árabes… y un largo etc. claman a sus gobiernos para que intervengan o exijan a Israel que termine con esa masacre inútil, que se está llevando a cabo. Pero los gobiernos desoyen al pueblo, y obedecen a los poderes fácticos de las multinacionales y el poder económico mundial, que manejan los judíos.
La osadía de Israel ha llegado incluso a pedir la destitución del Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, por atreverse a acusar o a criticar la represión y masacre indiscriminada que está llevando a cabo en la franja de Gaza, cuando el estado israelí ha ignorado secularmente todas las resoluciones y mandatos de la Organización Internacional desde su creación. Si eso lo hubiera hecho cualquier otro país, se hubiese enfrentando a sanciones y bloqueos internacionales, pero como tienen el apoyo incondicional de USA y Gran Bretaña, todas las resoluciones en contra de Israel quedan bloqueadas por el antidemocrático derecho al veto del que gozan las cinco potencias mundiales (USA, Rusia, China, Francia y Gran Bretaña) que ganaron la II Guerra Mundial.
Israel no debería tener derecho al voto, y ni siquiera a sentarse en su escaño en la ONU, mientras no cumpla las resoluciones dictadas por el organismo internacional en su contra.
en lugar de invertir recursos en cerrar fronteras y en pagar para que impidan en origen las emigraciones, lo que deberían hacer es ayudar, educar e invertir en esos países
CANARIAS: Pero no es lo único que últimamente estamos siendo testigos. Ante el refuerzo de las fronteras terrestres y marítimas en el Mediterráneo, y mediante entrega de cantidades ingentes de millones de euros a los gobiernos ribereños y oligarcas africanos, lo que consiguen es desviar las corrientes migratorias hacia otras rutas, entre ellas las costas del Atlántico hacia la Islas Canarias, una de las más peligrosas y mortíferas que existen, en donde muchos, muchísimos están perdiendo sus vidas.
La Comunidad Autónoma Canaria se ha visto desbordada y reclama ayuda al gobierno central, que como solución provisional o parche, trata de repartir entre el resto de comunidades autónomas a estos pobres desgraciados, siendo rechazados y provocando protestas precisamente por los gobiernos de las autonomías más ricas, negándose a su acogida, argumentando sin ningún tipo de fundamento, que los inmigrantes están elevando el índice de delincuencia en sus ciudades.
En lugar de invertir tantísimos recursos en cerrar fronteras y en pagar a los gobiernos y oligarcas corruptos para que impidan en origen las emigraciones, lo que deberían hacer es ayudar, educar, becar, e invertir directamente en esos países, sin intermediarios corruptos locales, para elevar su nivel de vida y libertad; y en los destinos, es decir en los países de acogida, invertir en su educación y formación e intentar integrarlos en la ciudadanía como ciudadanos de pleno derecho. Sabemos de la dificultad que implican esas medidas, pero si no se intentan, no sabremos nunca si pueden ser exitosas, y el problema seguirá incrementándose y agravándose, porque lo que sí está claro es que las medidas llevadas a cabo hasta ahora han sido un rotundo fracaso, careciendo de sentido el continuar manteniéndolas.
Los inmigrantes no son cifras, no son delincuentes, no vienen a robarnos nada. Son seres humanos y como tales hay que tratarlos y acogerlos entre nosotros. DIARIO Bahía de Cádiz