Nos encontramos en la mayor crisis sanitaria a nivel global de los últimos tiempos, y mientras las sociedades se confinan en casa y las economías se congelan, la pobreza, la desigualdad, la falta de acceso al agua y a un saneamiento adecuado, la violencia de género, los abusos institucionales y en definitiva las vulneraciones de derechos humanos no solo continúan, sino que se agravan.
La crisis sanitaria del Covid-19 ha puesto de manifiesto las desigualdades que las entidades dedicadas a la Cooperación Internacional llevábamos denunciado décadas y nos reafirma en el concepto de ciudadanía global que defendemos desde la Educación para el Desarrollo. Ahora, más que nunca, debemos entender que las sociedades están interconectadas. Lo que ocurre en el Norte Global tiene relación con lo que ocurre en el Sur Global.
Desde la Coordinadora de ONGD de la provincia de Cádiz (CONGPDCA) sabemos por la situación de crisis económica que nos antecede que este nuevo golpe afectará una vez más, y en mayor medida, a las poblaciones más vulnerables de todos los países, como ya estamos empezando a ver. En un horizonte cada vez más cercano observamos con preocupación la sombra de los recortes que las administraciones ya han empezado a aplicar a las políticas de Cooperación, como en el caso de Andalucía. Y una vez más se intentará utilizar esta situación de crisis para buscar culpables en los más vulnerables aumentando el discurso del odio y convirtiéndoles en los chivos expiatorios de nuestras sociedades.
Por eso, las organizaciones que formamos nuestra Coordinadora provincial seguiremos trabajando para defender los derechos de las personas migrantes procedentes de África desde organizaciones como la Asociación Pro-Derechos Humanos de Andalucía (Apdha) seguiremos trabajando con las comunidades educativas para crear una conciencia crítica, como desarrolla la Asamblea para la Cooperación Por la Paz (ACPP) con el programa ‘Escuelas sin Racismo’ en el Campo de Gibraltar.
Ante la alerta sanitaria nos replegamos, pero continuamos con nuestro trabajo desde casa, adaptándonos a las nuevas circunstancias e intentando suavizar el impacto del COVID 19 en las comunidades con las que trabajamos: proporcionando alimentos y kits de higiene a las comunidades indígenas de Guatemala e instalando mini depuradoras de agua en Etiopía desde Oxfam Intermon, garantizando el derecho al agua y saneamiento en las zonas rurales de Mozambique y cubriendo las nuevas necesidades en las comunidades andinas desde la Asociación Madre Coraje, preparando planes de contingencia contra el virus y sensibilizando sobre hábitos de higiene y normas de seguridad en Guatemala desde la Asociación Ibermed-Médicos con Iberoamérica. También la Asociación PROYDE está inmersa en la “respuesta Lasaliana” a la crisis, para recaudar fondos a destinar a 22 países donde contribuye al derecho la educación de niños y niñas.
Las restricciones de movimiento y las políticas de distanciamiento social de cada país donde trabajamos nos están obligando a crear nuevas respuestas, a dar seguimiento más personalizado como el que hace Siloé a los 82 niños y niñas del orfanato de Beira en Mozambique.
Continuaremos trabajando tejiendo una amplia red basada en la alimentación local que asegure alimentos sanos y accesibles como defiende Justicia Alimentaria para evitar que el Covid-19 se convierta también en una crisis de hambre y vulneración del derecho a la alimentación.
La brecha de género no es ajena a esta crisis, y por eso organizaciones como Mujeres en Zona de Conflicto y Fundación de Solidaridad Amaranta trabajan acompañando a mujeres vulnerables: víctimas de violencia de género, mujeres migrantes en riesgo de exclusión, mujeres en situación de prostitución y posible víctima de trata… intentando cubrir las nuevas necesidades que han ido surgiendo como consecuencia de esta crisis, y que se suman a las que previamente ya se atendían.
La situación de vulnerabilidad que estamos experimentando en los países europeos, a la que no estamos acostumbrados, nos está enseñando el valor de lo comunitario, mostrándonos iniciativas de resiliencia para dar apoyo a las personas más vulnerables de nuestro entorno y poniendo en valor la importancia de los cuidados. Por eso, desde las distintas organizaciones que componemos la Coordinadora provincial nos unimos a esas iniciativas locales que han ido surgiendo, como la elaboración de mascarillas por personal voluntario de Madre Coraje o la coordinación con redes locales de apoyo en el Campo de Gibraltar por Fundación de Solidaridad Amaranta, entre otras.
Desde la Coordinadora de ONGD de la provincia de Cádiz las 14 organizaciones que formamos parte de ella queremos poner en valor el trabajo diario de nuestros colectivos. Esta crisis ha venido a mostrarnos todas las vergüenzas de un sistema político y económico que ha estado ignorando los problemas globales en los que vivimos: el cambio climático, la vulneración de derechos, la falta de acceso a los servicios más básicos y un largo etcétera que ahora más que nunca necesitan ser atendidos.
Entre todas las organizaciones y todas las personas debemos una vez más defender la justicia social y conseguir que esta crisis suponga una oportunidad para mejorar nuestras sociedades. DIARIO Bahía de Cádiz