Iremos a la huelga porque somos hijas de nuestro tiempo, somos republicanas del presente y nos corresponden sus retos; avanzar y defender, defender y avanzar. Y lo hacemos en este tiempo político pedregoso al que los poderosos llaman salida de la crisis, y que no era otra cosa que este desgobierno en el que los derechos se desvanecen frente a las leyes del mercado.
Malos tiempos para la autonomía de las mujeres estos en que hay que mendigar un trabajo aun sabiendo que el salario no nos sacará de pobres, aun sabiendo que una parte de nuestro salario se perderá en la niebla de la desigualdad.
Tiempos de crisis, le llaman a estos tiempos de estafa, en los que unos pocos se enriquecen mientras que otras tenemos que administrar la miseria.
Pero tiempos también de defender lo alcanzado, luchar por aquello que queremos y no volver atrás.
Iremos a la huelga porque queremos cambiar la política y ya no nos basta con algunos retoques. Ahora que el capitalismo nos ha mostrado su rostro más duro y descarnado, queremos que la política le ponga riendas democráticas a la economía.
Iremos a la huelga porque no podemos evitar ninguno de los esfuerzos del camino a la igualdad, la libertad y la solidaridad; porque hasta el camino lo hemos tenido que tejer nosotras mismas.
Las mujeres entendemos bien los pilares básicos del contrato social y los entendemos tan bien que sabemos que no solo han de cambiar el mundo y el futuro sino que tiene que cambiar el presente de nuestras vidas.
Libertad para decidir sobre nuestras vidas, nuestros cuerpos y nuestras relaciones personales y sociales.
Igualdad que significa romper el techo de cristal que nos limita y recibir salario igual por un trabajo igual, pero que también implica medidas de compensación y de acción positiva ante situaciones que son desiguales de partida.
Iremos a la huelga porque nuestra principal herramienta para la lucha por la libertad y la igualdad es la solidaridad, y porque nuestro concepto de igualdad consiste también reconocer las diferentes situaciones de partida tanto entre hombres y mujeres, como entre las propias mujeres.
La lucha feminista está abriendo camino a la igualdad pero es un camino que atraviesa un mundo por el que muchas van descalzas y con los pies heridos. Esta convicción de que necesitamos tejer un lazo de reconocimiento, comprensión y solidaridad entre nosotras es lo que llamamos sororidad.
Iremos a la huelga porque queremos que los poderes públicos asuman con responsabilidad la ética de la justicia. Es decir, que asuman su responsabilidad ante la desigualdad, atiendan a las necesidades y derechos de las personas y obedezcan al mandato del pueblo.
Por nuestra parte, queremos compartir la ética del trabajo y que se comparta con nosotras la ética del cuidado.
Iremos a la huelga porque las mujeres tenemos un interés especial en la defensa de lo público, porque avanzar en los servicios públicos implica que la sociedad asuma tareas que históricamente recaen sobre las mujeres.
Queremos políticas públicas que garanticen nuestros derechos y sistemas públicos que garanticen el acceso efectivo a los derechos de salud, de educación, de atención a las dependencias y a unos ingresos mínimos garantizados en caso de necesidad.
Y las queremos porque son peldaños necesarios para la igualdad social y porque sabemos por propia experiencia que, en ausencia de políticas públicas, somos las mujeres quienes asumimos la tarea y administramos la miseria.
Iremos a la huelga porque sin igualdad no hay justicia, sin libertad no hay democracia y sin solidaridad no hay nada.
Iremos a la huelga porque no queremos ser princesas ni reinas del hogar; somos republicanas. DIARIO Bahía de Cádiz