Son demasiadas las contradicciones que estamos viendo en la celebración de la Semana Santa en España.
– La ministra Cospedal ordena poner la bandera a media asta en las dependencias del Ministerio de Defensa y en otras instituciones, como la Diputación de Cádiz, por la muerte de Cristo…
Estamos en un país no confesional, laico. Francisco lo ha dicho en repetidas ocasiones: “Un Estado debe ser laico. Los estados confesionales terminan mal…”. ¿Por qué mezclar lo religioso con lo estatal?
– Hemos visto hoy a cuatro ministros y otros políticos cantando el himno de la legión mientras desfilaban los legionarios con el Cristo al hombro… La presencia de altos mandos militares y soldados con sus fusiles en los desfiles procesionales ¿qué sentido tiene desde el punto de vista del Evangelio? Si Jesús estaba contra la violencia… ¿Hay un contrasentido mayor que éste?
– Vemos sobre todo a políticos en todos sitios en lugares destacados, presidiendo las procesiones. ¿Acuden a los actos religiosos con la pretensión de querer aparecer como buenos y piadosos? Son lobos disfrazados de ovejas.
También en Cádiz hemos visto a los representantes de PP, PSOE y Ciudadanos exhibiéndose bastante bien junto a los pasos… Supongo que en otros muchos sitios habrá sucedido igual. No se enteran que estamos en un país no confesional y laico…
¿No sería mejor que los políticos que quisieran participar en las procesiones lo hicieran como uno más, junto al pueblo? Quizá entonces muchos de ellos no participarían en esos actos religiosos como ciudadanos normales.
Creo y entiendo que debemos mentalizarnos que no se debe utilizar las cosas sagradas con intereses partidistas, para querer sumar votos y que la gente piense que son muy buenas personas, porque no pocos de ellos toman decisiones que provocan el sufrimiento del pueblo, especialmente de los más necesitados, con medidas antisociales
– No me parece tampoco que tenga sentido ver a esas vírgenes y cristos ni a esos pasos recargados de oro y plata… Jesús era pobre, sus amigos eran pobres (pescadores la mayoría), María era una mujer sencilla del pueblo… Estoy completamente seguro que si ellos pudieran hablar no se sentirían para nada de acuerdo con esa exhibición de lujo.
Es completamente contradictorio con el testimonio y mensaje de Jesús. “El hijo del hombre no tiene dónde reclinar su cabeza”. ¿Cómo hemos podido desvirtuar tanto este mandato evangélico como para recargar de oro y plata nuestros cristos y vírgenes?
– Por supuesto no me gusta nada que obispos y sacerdotes le hagan el juego a esta Semana Santa con tantas contradicciones evangélicas y que además guarden silencio y colaboren. Creo que ellos son quienes deberían esforzarse para que los desfiles procesionales tengan sentido con lo que se representa: la vida, pasión, muerte y resurrección de Jesús.
Todo mi respeto a las muchísimas personas que les gusta ver las procesiones y a su manera expresan así sus sentimientos religiosos. Todo mi respeto para ellos.
Pero creo y entiendo que sería muy deseable “ir purificando” estas manifestaciones religiosas para que estuvieran dentro del estilo evangélico, sin autoridades, sin políticos, sin oro ni plata, sin militares, mucho más austeras y no organizadas para el turismo…
Quizá por estas grandes contradicciones no soy muy amante de ver las procesiones, aunque sí que pienso que estos días son los más importantes para la vida de los cristianos dándole su verdadero significado, no comercializándolas ni adulterándolas.
En este sentido, decir que hay una cofradía en Cádiz que me parecería el modelo a imitar por la gran mayoría: la de Ecce Mater Tua que sale de la iglesia de Santiago. Una Virgen austera, un paso austero, sin lujos, sólo con un par de velones grandes y un manto de flores, un manto simple, sin oro ni plata, acompañada sólo de los penitentes (sin capirotes) y del pueblo.
Ya sé que muchos que lean este comentario no compartirán mis comentarios. Lo asumo ya de entrada. No me importa. No pretendo convencer a nadie (tampoco que nadie intente convencerme a mí), pero sí decir cómo lo siento, cómo lo entiendo y cómo lo vivo.
También doy por descontado que muchas cofradías llevan adelante una buena labor social durante todo el año y que muchos cofrades pueden ser y son magníficos cristianos. Eso no lo dudo.
Lo que pretendo es hacer un ejercicio crítico de cómo se viven muchos aspectos de nuestra Semana Santa que me parece que tiene demasiadas contradicciones desde el punto de vista del Evangelio y del mensaje y la vida de Jesús, que debería ser la referencia a seguir para todos nosotros. DIARIO Bahía de Cádiz