La tragedia de Palestina, muy ocultada por los grandes medios, ensombrece la historia contemporánea de la humanidad. Ninguna persona sensata puede entender este permitido genocidio por la llamada “Comunidad Internacional”, ósea por los países más influyentes.
No existe duda sobre la dominación militar de Estados Unidos en el mundo. Sus más de 800 bases militares regadas por los cinco continentes y su elevada tecnología armamentística, la hacen ganadora de muchas batallas militares y de persuasión diplomática, pero no ha ganado ni quiere ganar ninguna guerra. No pueden acabarse los conflictos porque, bajo ningún concepto, puede frenarse su principal fuente de ingreso por exportación, como es la fabricación y venta de armamento. Si Estados Unidos no apoyase a Israel este no cometería las atrocidades que está ejecutando contra el pueblo palestino. Pero la estrategia geopolítica en Oriente Medio, también obliga a ello.
La Palestina de 1948 nada tiene que ver con la actual, no sólo porque representaba un país en paz y bienestar, sino porque ha quedado reducida a minúsculos y diseminados asentamientos. Israel se ha encargado, durante estos años, de ir colonizando con familias israelíes todos esos terrenos estos terrenos usurpados por la fuerza de las armas y, como se ha dicho, con el apoyo de Estados Unidos. También Israel es una de las mayores potencias militares.
Las numerosas y continuas muertes perpetradas por Israel contra el pueblo palestino, incluyendo niños, mujeres y adolescentes, manchan la memoria del holocausto sufrido por sus ancestros israelíes en la segunda guerra militar, porque ahora son ellos quienes los están cometiendo contra el pueblo palestino.
La Franja de Gaza, desde nuestra posición geográfica, se sitúa al fondo del Mediterráneo a unas cinco horas en avión desde Cádiz. Es una pequeña extensión de 8 kilómetros de ancho por 65 de largo. Allí se hacinan, como si fuese un inmenso campo de concentración, dos millones de personas. Israel controla todos los movimientos de los palestinos. El 80% de la población vive en la absoluta pobreza y los continuos bombardeos de Israel hacen provocan que las estructuras indispensables para la vida cotidiana se encuentren deterioradas. Son normales los cortes diarios de luz de más de 8 horas, los hospitales carecen de lo más indispensable, las instalaciones escolares decrépitas, la hambruna generalizada y todo ello unido a esa política del apartheid, donde la ocupación militar, el terror y los asentamientos es la forma de vida, y que hacen de la Franja de Gaza una vergüenza mundial.
Las continuas resoluciones de las Naciones Unidas en contra de la cruel eliminación étnica del pueblo palestino por parte de Israel, con el permanente apoyo político y militar de Estados Unidos y la parsimonia de los “países influyentes”, no han servido para solucionar tan grave situación. Es por ello que, desde la conciencia ciudadana internacional surge, hace ya unos años, esta iniciativa civil como respuesta a la inacción y complicidad de los gobiernos influyentes en el bloqueo de la Franja de Gaza impuesto por Israel.
La coalición internacional de la flotilla de la libertad, busca desafiar y romper el ilegal e inhumano bloqueo israelí a Gaza, en aras a conseguir un futuro digno para el pueblo palestino, en libertad de movimientos, el derecho al retorno, la paz y la justicia derivada de los acuerdos internacionales firmados en 1948 e infringidos permanentemente por Israel. Esta flotilla, acercándose a Gaza en el año 2010, fue atacada por el ejército israelí, ocasionando 9 muertes y 50 heridos, de una tripulación meramente civil. Una vez más fue condenada por la ONU tan desmesurada, en esa ocasión, a excepción de EE.UU., fue apoyada obligadamente por los países influyentes. Pero tampoco sirvió de nada, ya que posteriormente su postura continuo ambigua.
Una vez más, esta flotilla de la dignidad humana y en defensa de la libertad, la paz y la felicidad mundial, impertérrita, vuelve a tender los brazos al masacrado pueblo palestino, ofreciendo la solidaridad que la “comunidad internacional” les niega y lanzando un grito de paz y dignidad humana a Israel y al mundo entero.
Esta flotilla de la paz que, rumbo a Gaza, atraca unos días en Cádiz, después de ser bien recibida y apoyada en numerosos puertos europeos, no debe pasar inadvertida para cualquier gaditano de bien. Nuestro innato espíritu acogedor, pacífico y fraterno debe quedar impregnado en tan solidaria y abnegada tripulación internacional y transmitirlo al sufrido pueblo palestino. DIARIO Bahía de Cádiz