Hace unas semanas, una persona de mi máxima confianza me informaba que el hermano del alcalde había sido contratado en la empresa Bayport. Aunque en esos momentos le creí, porque las desvergüenzas de este alcalde son ya incontables, no salí a denunciar semejante hecho ante los portuenses sin tener evidencias de tal contratación. Hoy, a través de un pantallazo del propio perfil de Linkedin del hermano del alcalde, se confirma que no solo es verdad, sino que el enchufado no tiene ningún pudor en hacer alarde público de ello.
En enero de este mismo año, Germán Beardo anunciaba a bombo y platillo el traslado de la empresa Bayport a nuestra ciudad. Según el alcalde, gracias a sus gestiones personales. Sin embargo, se le olvidó comentar que esta empresa no iba a crear puestos de trabajo en la ciudad, ya que se trasladaba con toda su plantilla desde Puerto Real a El Puerto. Pues al parecer si hubo un contrato y la “casualidad”, y pueden creerme cuando les digo que las casualidades en política no existen, ha querido que ese afortunado contratado sea el mismísimo hermano de nuestro alcalde. Y, si seguimos ahondando en las “casualidades”, la fecha de su incorporación coincide con la del anuncio de la implantación de la citada empresa en nuestra ciudad.
La lista de enchufes desde que Beardo tomó las riendas del gobierno se hace interminable y, lo que es más grave aún, ha adquirido tintes de corrupta inmoralidad, contemplada ésta desde la óptica de la ética que debe mantener, en todo momento, un servidor público.
Como os decía, el elenco de enchufados, que conozcamos, no para de crecer. Así, desde integrantes de su lista electoral contratados en empresas concesionarias del Ayuntamiento, al famoso colaborador de campaña enchufado en una empresa municipal con un sueldo astronómico. También ha salido a la luz, recientemente, algún enchufe en Amazon de familiares del personal de confianza de Beardo, todo ello con una impunidad y un descaro absoluto. Pero, en esta ocasión, me faltan los adjetivos para describir la desvergüenza que supone que la misma empresa que Germán Beardo se vanagloriaba de haber conseguido traer a nuestra ciudad solo haya servido para contratar a su hermano.
Este comportamiento, me duele como portuense y como político. Mientras algunos entramos en política, de manera temporal y con un alto compromiso de vocación de servicio público, para acabar con este tipo de conductas repugnantes y trabajar con esfuerzo, honestidad e integridad en beneficio de nuestra ciudad otros, como es el caso de Germán Beardo, demuestran que solo han entrado en política para beneficiarse de ella y de los portuenses, desprestigiando, una y otra vez, la propia vocación política, así como la imagen de nuestra ciudad, que no debemos consentir ni tolerar un solo día más.
Germán Beardo Caro tiene que dimitir. DIARIO Bahía de Cádiz