Desde que en 2011 la ley de regulación del Juego abriese el mercado español a las apuestas deportivas y al póker online estos no han dejado de crecer. El aprovechamiento de la crisis económica para ofrecer esta vía como una opción para ganar dinero rápido y fácil, así como la publicidad agresiva y constante de las casas de apuestas han proporcionado este crecimiento.
La juventud obrera es el objetivo, los anuncios constantes y agresivos con estrellas de la televisión e ídolos del deporte incitando al juego así como la normalización de las apuestas a través de los videojuegos e Internet han hecho que la edad media en los salones de juegos pasen de 45 a 25 años. Julián Mompradé, de la asociación Vida sin Juego indica que “los ludópatas que vienen a rehabilitarse han pasado de ser cincuentones de tragaperras a chavales que no llegan ni a veinte años”. España tiene la tasa de ludopatía entre jóvenes de 14 y 21 años más alta de Europa.
Las casas de apuestas tienen un poder inmenso y, si no trabajamos para pararlo, cada día tendrán más. Vemos cómo las empresas de apuestas comienzan a entrar en las puertas giratorias, el exministro Rafael Catalá fichaba este 2019 por Codere como colaborador externo y asesor de relaciones institucionales. Por otro lado vemos tanto la Primera como la Segunda división española repleta de equipos patrocinados por casas de apuestas. Las cifras que mueven los patrocinios son millonarias y esto dota de un gran poder de presión y censura a las casas de apuestas. Un caso característico de esto lo hemos visto cuando un jugador del Cádiz CF cedido en el Racing de Santander señalaba el daño que hace esta droga que son las apuestas y la utilización de los futbolistas para fomentarla. También indicaba la creación de una red para organizarse en contra de esto. Veinticuatro horas después, esta red y los tuits denunciando a las casas de apuestas habían desaparecido y el entorno del futbolista contactaba con los que habían realizado capturas para indicarle que las eliminaran porque habían recibido presiones y no querían más problemas. Tanto el Cádiz como el Racing de Santander tienen casas de apuestas de patrocinadores.
Desde 2018 los salones de juegos han crecido un 18% en Andalucía. En Cádiz ya son 87, un local para cada 14.000 habitantes. Establecimientos que abren cerca de zonas de enseñanzas y en barrios obreros. El daño que hace esto y la necesidad de reacción de la ciudadanía se ha visto reflejada en el ejemplo de Alcalá del Valle, donde la apertura de un primer salón de juego ha ocasionado problemas de adicción y crispación entre los vecinos de un pueblo donde la pensión media ronda los 500-600 euros y cuenta con una alta tasa de desempleo.
A pesar de que el pueblo cuenta con unos 5.000 habitantes, se está intentando abrir un segundo salón de juegos y por ello el Ayuntamiento encabezado por Rafael Aguilera, alcalde de Izquierda Unida, junto con otras asociaciones, hermandades, partidos, sindicatos y vecinos, se han movilizado para impedir que esto se lleve a cabo y reclamar a la Junta de Andalucía que el Ayuntamiento, en representación de sus ciudadanos, tenga potestad para parar la apertura de este local.
Así que es nuestro deber luchar contra los que quieren hacer negocios a costa de exprimir a nuestra clase social y fomentar la ludopatía. Como Alcalá del Valle, necesitamos organización y lucha para acabar con el auge de esta lacra. Desde la Juventud Comunista promovemos la prohibición del juego que solo lleva consigo falsas esperanzas y miseria a las capas populares. Queremos un modelo de ocio digno, sano, con espacios de socialización gestionados por la juventud y que potencie el arte, el deporte y el conocimiento. ¡Fuera casas de apuestas de nuestros barrios! DIARIO Bahía de Cádiz