Estimada Teresa: desde la Asamblea Nacional Andaluza nos vemos en la obligación de dirigirte esta carta, del máximo interés para Andalucía. Porque esta comunidad está más abandonada y en peor situación que nunca. La mejoría que pueda estimarse respecto a años pasados en realidad no es mejoría, porque la situación debe entenderse en relación al contexto, y la situación general. Y, en ese sentido, la distancia económica, social y cultural que nos separa de las comunidades más avanzadas, es mayor que hace cuarenta, cincuenta o sesenta años, lo cual es una prueba de que hemos avanzado proporcionalmente por debajo de la media. Muy por debajo de la media.
Andalucía necesita una fuerza responsable que trabaje, apostolice y salve como dejó escrito Blas Infante. Andalucía necesita salir del abismo a dónde ha sido arrastrada por el desinterés, o quizá mejor por el interés negativo de los gobiernos de España y los recientes de la propia comunidad. Porque, tengámoslo claro, nadie que piense fundamentalmente en España, que ponga por delante su particular idea de la “unidad patria” y que materialice esa “unidad” en apoyo a las oligarquías que llevan setecientos años explotando y exprimiendo al pueblo andaluz, nadie que piense y actúe de esta forma va a salvar Andalucía. Ni siquiera nadie que, aún desde postulados progresistas, avanzados y sociales, mientras no comprenda la necesidad de respetar plena y absolutamente los derechos de Andalucía: derecho a poseer y administrar sus recursos, derecho a recuperar su arte, su cultura, a ver reconocida su historia, a ver respetadas sus costumbres, su forma de hablar, su idiosincrasia. Y, sobre todo, es bueno repetirlo, el derecho a administrarse y ser dueña de su cultura y de sus recursos sociales y económicos. Y, en la medida que el Estado ha mermado los recursos andaluces, en la medida en que ha utilizado Andalucía para apoyar otras economías, en la medida en que Andalucía viene siendo utilizada como reserva de materia prima y de mano de obra barata y, desde el ingreso en la UE, como compradora contemplativa, esta Comunidad debe ser resarcida, devolverle todo cuanto se le ha detraído y permitir que avance hasta colocarse, al menos, al mismo nivel de las comunidades más desarrolladas. En vez de quitarle empresas e ingresos, es deber del poder devolvérselo, en proporción inversa, para permitirle alcanzar un nivel digno.
Te escribimos, Teresa, porque creemos en ti. En tu energía, en tu honradez. Pero igual tenemos el deber de decirte que te falta decisión, te falta “dar el paso”. Podemos, entre campañas perversas, desatadas únicamente para debilitarlo y los propios errores del partido, no es el instrumento que Andalucía necesita, ni ha pretendido nunca serlo. Ya es de sobra conocido el pensamiento de la mayor parte de sus dirigentes a nivel estatal.
Tú podrías ser, Teresa, la líder que Andalucía necesita. Pero para ello tendrías que entregarte plena, entera y absolutamente a Andalucía. Continuar dependiendo de las decisiones que se tomen en Madrid puede suponer la pérdida de una persona y de una organización que podría abanderar la salvación de Andalucía y arrastrar a otras con ellos, si tomara como propia su defensa consecuente a todos los niveles. Si los miembros de Podemos Andalucía, si el partido en sí, fuera capaz de volcarse abiertamente en lo más necesario, lo más perentorio, que es Andalucía y constituyera un Movimiento plena, entera y fundamentalmente andaluz, los seguidores, que seríamos muchos, superaríamos en grandísima proporción a quienes tal vez pudieran sentirse defraudados. Y no estamos hablando de coalición electoral, porque los miembros de la ANA no tenemos ningún interés electoral personal.
Exigimos, sí. Conocemos nuestros derechos conculcados y lo exponemos y reclamamos contra viento y marea, contra la incomprensión de muchos, contra la envidia de algunos y contra la aparente indiferencia culpable de los medios de comunicación. Al final se impondrá la razón, lo sabemos. Y para ese momento hará falta una fuerza política que aproveche el impulso y pueda poner en marcha un proyecto político y económico sensato y firme por Andalucía. Pero será mucho mejor una fuerza política que trabaje desde el primer momento, desde ya, y que contribuya a mejorar y alcanzar la meta cuánto antes.
Creemos en ti. Si estás dispuesta, si los andaluces de tu partido estáis dispuestos a dar el salto a la defensa sin ambages de Andalucía y lo andaluz, seremos muchos los andaluces dispuestos a ayudaros a conseguir el Gobierno. Para que esta no siga siendo nunca más, una tierra degradada y desgraciada. “La tierra rica de la gente pobre”. DIARIO Bahía de Cádiz