Señor alcalde, usted ¿en qué Puerto vive que no se entera de la misa la mitad? ¿No se entera que la gente de El Puerto ha salido a manifestarse varias veces a la calle para pedir su dimisión? ¿No se entera de que lleva 30 meses en el gobierno y todavía no ha sido capaz de sacar un presupuesto? ¿No se entera de qué están finalizando contratos municipales sin que su gobierno de los preparados sea capaz de sacar ni un solo pliego? ¿No se entera de que su gobierno no paga ni a los proveedores locales, ni la calefacción de las instalaciones deportivas ni siquiera el teléfono?
En el pleno extraordinario del pasado jueves 25 de noviembre y en ausencia de mi persona tuvo la desfachatez de comentar en voz alta: “la expresidenta de Suvipuerto se enteraba de la misa la mitad”. Me ataca usted con mentiras como suele ser ya habitual, con razón se ha ganado el sobrenombre de ‘Beardocho’, el alcalde de la desilusión y el engaño, prometiendo soluciones para El Puerto que han resultado ser falsas.
Pues bien, señor Beardo, le tengo que recordar que el anterior gobierno del PP junto con su socio del Partido Andalucista dejaron a la empresa pública Suvipuerto tiritando, con un boquete de deudas que el gobierno del PSOE-IU tuvo que tapar. Sí señor Beardo, se nota que usted no tiene memoria histórica, porque fue tan envenenada la herencia recibida que la empresa casi tuvo que cerrar. Fue un gobierno de izquierdas quien le salvó de tan fatídica situación, apostando por la gente más necesitada de vivienda social y llegando, incluso, a terminar nuestro mandato con superávit y sin subir los alquileres ni desahuciar a nadie.
No quiero terminar mi carta sin agradecer a las y los portavoces de la oposición la defensa que hicieron de mi persona. Gracias a Leocadia Benavente, Javier Botella, Enrique Báez y a mi compañero José Luis Bueno por sus intervenciones. También quiero dar las gracias a las trabajadoras y trabajadores de Suvipuerto por la gran labor que realizan siguiendo las directrices políticas que se le marcan y está claro que las actuales vuelven a repetir la historia de sus antecesores.
Me despido de usted señor alcalde, no sin antes recordarle, que de las fiestas y el cachondeo no sólo se vive, que hay mucha gente y asociaciones que lo están pasando realmente mal en El Puerto mientras usted mira para otro lado. Tenga un poco de vergüenza señor Beardo y entérese no de la misa entera, sino del clamor del pueblo aunque no lo haya votado. DIARIO Bahía de Cádiz