Comenzamos estas letras expresando lo arcaica (más de 300 años de existencia, desde 1713) y machista (la proporción de personas académicas de número, desde su fundación son 486, sólo 11 son del sexo femenino, un 2,27%), que es nuestra Real Academia Española de la Lengua (RAE).
Y lo digo por la pregunta que le hicimos por nuestro equipo de coeducación ante el problema que teníamos: hemos encontrado tres modelos de estatutos de asociaciones diferentes, uno es el nacional, otro es el de Andalucía y otro el de Extremadura.
“Los términos discrepantes son:
En el de ámbito nacional: el presidente/a, el tesorero/a, el secretario/a.
En el de Extremadura: el presidente, el tesorero, el secretario.
En el de Andalucía: la presidencia, la tesorería, la secretaría.
Al estar estos modelos en sus páginas web, y ser referentes para que las asociaciones lo utilicen, nos gustaría saber cuál de los tres, es más correcto según el lenguaje.
Nuestra opción es el modelo de Andalucía, no porque sea nuestra comunidad autónoma, sino porque utiliza unos términos que son válidos tanto para el género masculino como el femenino.
Pero nos gustaría que pudieran decirnos cuales el más correcto, por si no es el de Andalucía, poder decírselo para que lo cambien”.
Recibimos contestación por el director (según su respuesta) del Departamento de ‘Español al día’ Centro de Estudios de la Real Academia Española, Elena Hernández Gómez, y nos dice:
“En conclusión, en su caso, el uso de los nombres abstractos presidencia, tesorería y secretaría resulta inadecuado; el uso de los desdoblamientos mediante la barra el/la presidente/a, e/l/a tesorero/a, e/l/a secretario/a, no siendo incorrecto, resulta innecesario, dificulta la lectura y le resta claridad y economía expresiva al texto; y, por último, el uso genérico de los masculinos presidente, tesorero y secretario, que permite referirse a la persona que ocupe esos cargos en cada momento con independencia de cuál sea su sexo o identidad de género, es el mecanismo adecuado y el que opera naturalmente en español desde sus orígenes hasta hoy”.
Ante esta respuesta nos hemos quedado absortos, ya que en pleno siglo XXI, año 2024, todavía nos dice la RAE que el termino masculino implica también al femenino y es el que hay que utilizar, con lo cual el lenguaje no sexista, que trata de visibilizar a la mujer en el lenguaje, se lo ha cargado, es decir lo ha eliminado.
Ya la respuesta de la RAE ante una revisión del lenguaje sexista en la Constitución, ya dijo lo mismo y solo se debía cambiar rey por rey y reina y príncipe por príncipe y princesa, ¿por qué solo en estos dos casos? Es decir, que, si decimos que el hombre tiene pene, estamos diciendo también que la mujer lo tiene, no lo entendemos.
Todas las leyes emitidas tanto nacionales como europeas, miles de publicaciones sobre la utilización de un lenguaje no sexista que existen en nuestro país del Ministerio de Justicia, Ministerio de Igualdad, comunidades autónomas, Institutos de la Mujer, ayuntamientos, planes de Igualdad en la educación, inclusive el Tribunal de Cuentas, hasta del imposible de renovar Consejo General del Poder Judicial, no sirven para nada ante el razonamiento de la RAE.
No nos extraña cuando dicho director (Elena) en su página Linkedin, nos dice, solo hemos cambiado lo que nos dice en su respuesta:
“Soy licenciado en Filología Hispánica por la Universidad Complutense de Madrid, (1982-87). Desde 1998 ocupó el puesto de director del Departamento de ‘Español al día’ de la Real Academia Española, desde donde he dirigido y coordinado, como redactor jefe, la elaboración del ‘Diccionario panhispánico de dudas’ (Santillana, 2005)”.
Y según los periódicos:
“Elena Hernández, que ha abierto hoy la Semana de las Letras ‘EspañoLeemos’ de la Facultad de Letras de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) con la ponencia El llamado ‘lenguaje inclusivo’… ¿es de verdad inclusivo?, ha advertido que es ‘mucha’ la confusión que existe entre lenguaje y sexismo y ha dicho que ‘sin dejar de luchar contra el sexismo lingüístico, que existe’, ‘se puede ser feminista sin intervenir de forma artificial en el lenguaje’, algo que, en su opinión, ‘es a veces lo que se pretende con el uso de este llamado lenguaje inclusivo’.
Precisamente es el uso de ciertas propuestas lingüísticas, entre las que Hernández ha citado el caso de ‘portavoces’ y ‘portavozas’, las que ya están generando ambigüedades donde antes no las había. La prueba es que de las casi 400 consultas mensuales que recibe su departamento, ‘un alto porcentaje’ están relacionadas con el lenguaje inclusivo. En este sentido, Hernández se ha mostrado convencida de que esas estrategias de desdoble ‘no tendrán implantación real’ y ‘se quedarán en una moda’ porque ‘se quedan sólo en documentos administrativos o discursos políticos o públicos, pero no se oyen en conversaciones entre amigos o en casa’”.
Y seguro que no se pondrá en un lenguaje usual, si se siguen las recomendaciones de la RAE.
Por todo ello, no vamos a utilizar sus recomendaciones machistas y trataremos de utilizar un lenguaje que visibilice a las mujeres.
Lo que tienen que hacer es reformar sus estatutos del 19 de febrero de 2021 y Reglamento del 26 de junio de 2014 que utilizan los siguientes términos y el número de veces:
miembro=16, académicos=104, interesado=2, candidato=10, funcionarios = 1, director/vicedirector=62, secretario/vicesecretario=16, censor=16, bibliotecario=8, tesorero=20, gerente=8.
Nos ponemos las gafas violetas y lo vemos todo en masculino, qué pena del patriarcado existente en nuestra machista Real Academia Española de la Lengua (RAE). DIARIO Bahía de Cádiz