En días pasados nuestra ciudad ha sido merecidamente reconocida como capital mundial del motor. Insisto, merecidísimo reconocimiento que viene a consolidar a nuestra ciudad como ese referente en el mundo del motor a nivel internacional. Si pudiéramos, el diploma acreditativo deberíamos fotocopiarlo y enmarcarlo en el salón de cada uno de los hogares jerezanos. ¡Cuántos años de esfuerzo para hacer realidad ese sueño! ¡Cuántos años de sacrificio de una ciudad y sus gentes para conseguir tener y presumir de ser la referencia mundial del motor!…Y también cuántos desprecios hemos sufrido durante tantísimos años de esos que ahora no se cansan de engordar el álbum de fotos partidista y de reclamar como propio el esfuerzo de toda una ciudad y de su gente contra viento, marea y grandes multinacionales de la política.
Alguien tuvo una idea hace años, y fue capaz de trasladarla y hacer suya la ilusión a todo un pueblo, a toda una ciudad. Sin ese pueblo y esa ciudad, sin el esfuerzo colectivo, no hubiera sido jamás posible. Gobierno y Junta, gobernadas por los mismos de siempre, se pusieron en frente. Pero ahora futuro. Futuro para una ciudad que se desangra en las colas del paro y en la de los comedores sociales. Una ciudad que precisamente sólo se ha quedado referente de actividad económica con ese circuito de velocidad que después de 30 años nos da la oportunidad de ser capital mundial del motor. Algunos descubrieron el circuito hace tan poco tiempo…
Y se nos va la legislatura y seguimos en esa parálisis sólo rota por los flashes de las cámaras que acompañan a nuestra alcaldesa en su serie fotográfica de la legislatura. Fotos que no recogen evidentemente los dramas de los miles de despedidos – también 260 en el Ayuntamiento que dependieron de ella-, de los autobuses vacíos y tercermundistas, de barrios sucios, de los bancos de alimentos, fotos de una ciudad donde hay 13.000 menores están en riesgo de pobreza. Mientras los saraos de la capital europea del motor siguen rugiendo, la ciudad real, la del día a día, sigue en decadencia. Y se terminará la legislatura sin que el PP y su alcaldesa Pelayo hayan contribuido en absoluto a mejorar la calidad de vida de sus vecinos. Una reflexión, ¿En qué hemos mejorado? . Un minuto. ¿En qué?
Más allá de ese magnífico archivo fotográfico de culto a la alcaldesa, Jerez está infinitamente peor, vendido a multinacionales, más pobre y menos libre… Y casi resignado. Y digo casi porque ahora se abre ante nosotros unas de esas épocas que los jerezanos entendemos y disfrutamos como pocos en el mundo, nuestra Navidad. Un tiempo de reflexión, de ilusión y alegría para ser optimistas en el futuro que se nos abre y pensar que si ya se logró una vez, volveremos a salir de ésta por nuestros propios medios. Ahora futuro. Igual que esa idea, esa ilusión dio luz y proyección a nuestra ciudad hace 30 años en forma de circuito de velocidad, estoy convencido de que otra forma de hacer las cosas es posible. Desde la SUMA de todos, con todos, sin excluir ninguna opinión, con Jerez. Integrando. Será difícil, muy difícil, pero no les quepa duda de que es posible…¿No fue posible hace 30 años poner en pie las bases de la capitalidad mundial del motor? Pues eso, cambiar para tener Futuro. Ahora Futuro, Ahora Jerez. DIARIO Bahía de Cádiz