Todos los jueves del año a las once la mañana,
junto a la plaza de mayo, con lluvia frío o calor.
Carlos Cano cantaba este tango a unas madres locas, que con pañuelo en la cabeza, no cesaban de gritar que “con vida se los llevaron y con vida los querían”… ¿Cuántas veces las tacharon de utópicas, de querer lo imposible, si, de locas?
En Cádiz hay un grupo de personas que viernes tras viernes, haga poniente o levante, llueva o haga sol, tiñen el día de negro, y recuerdan, nos recuerdan, que un Gobierno hace tiempo decidió no solo recortar salarios, derechos, decidió también intentar recortar la dignidad de la ciudadanía en general y de los trabajadores y trabajadoras de la administración pública en particular.
Desde entonces les he visto en procesión en Semana Santa, cantando villancicos en Navidad, les he visto lanzando aviones al viento compitiendo con Teofila Martínez cuando hacia aquellas demostraciones de ‘aviones a chorro reaccionario’ cruzando los cielos de Cádiz, o volando cometas en Santa María. Algunas veces junto a sus compañeros de otras administraciones, otras solos.
Durante meses, hasta que desde ‘Madrid’ y a instancia del ‘gobernador civil de Cádiz’ tuvieron que desmontarlo, mantuvieron uno de los escaparates más creativos contra los recortes en la Tesorería General de la Seguridad Social, pero molestaba tanta creatividad, se descolgaron teléfonos, hubo presiones…
También a ellos les han llamado locos, jartibles… que eso de salir todos los viernes era innecesario, no servía para nada… es dar la nota por dar la nota, pero ellas nada. Algunas veces, en verdad, se hacen cuesta arriba. Y es que los viernes que coinciden con puentes, periodos de vacaciones… se hace duro, pero da lo mismo, ellos, ellas no faltan a su cita, algunos de riguroso luto, todos con su chaleco negro que recuerda que son funcionarios, funcionarios que no renuncian a su dignidad.
Un escritor alemán decía que luchar un día era importante, que los que luchaban tres eran más importantes, pero los que luchaban todos los días, esos eran los imprescindibles. El grupo de trabajadores que siguen celebrando esos viernes negros, porque es en consejos de ministros celebrados los viernes cuando uno tras otro van recortando, van intentando humillar a todos, ya son un símbolo en Cádiz de coherencia, ya son ‘imprescindibles’.
Si algún viernes a eso de las diez de la mañana pasas por la Tesorería de la Seguridad Social de Cádiz, detente un momento, felicita a los trabajadores que te encontrarás en la puerta con el chaleco negro, y si puedes, de mi parte les dices que son imprescindibles, se lo merecen. DIARIO Bahía de Cádiz Fermín Aparicio
Grande Fermin…gracias en mi nombre y en el de todos mis compañeros