Ojalá nunca hubiera tenido que escribir este artículo, pero las imágenes de esa hija de la gran puta paseándose con la cabeza de una pequeña de cuatro años, como a cualquiera que se considere humano, me ha sobrecogido. Un escalofrío me ha recorrido la columna e inmediatamente mi pensamiento ha ido a mis dos benditos ángeles, en su seguridad mientras estén al lado de sus padres en este mundo de rastreros.
Ya está bien, ahora los de siempre, los solidarios, con todos menos con los normales, pondrán el grito en el cielo: “¡Es una enferma!”, “no sabe lo que hace”… siempre lo mismo.
En Dos Hermanas un toxicómano descuartiza a su tío y convive con el cadáver unos pocos días: “Es un enfermo”, “es la droga quien lo ha hecho”.
Cuántos Antonio Bretón, celadores de Olot, mataviejas… más tendremos que padecer para que la sociedad despierte. ¿Qué esperanza de rehabilitación tiene quien ha cometido esa barbarie? NINGUNA.
¡Corred! Id a los padres de la pequeña, y habladles de tratamientos, comentadles lo geniales que son los psiquiatras, de sanatorios, las maravillas de las clínicas de desintoxicación, a costa de todos donde pasarán días al sol, mientras a los familiares sólo les queda la frialdad de una tumba y un futuro negro. Siempre la misma cantinela: están enfermos, la sociedad los arrastró a la droga, el demonio se lo dijo, nunca ha sido peligroso, parecía buen chaval…
¡Una mierda! Hasta los mismísimos de tanto y tanto solidario que no ha doblado la espalda en su vida y siempre mira por cualquiera antes que por el trabajador, antes que por la verdadera víctima. Lo digo alto y claro: ¡pena de muerte para quien no tiene redención! Ser homínido no te convierte en humano, la humanidad la da el raciocinio y unas pautas de moral, acabar con una pequeña y pasearse con su cabeza gritando a un ente imaginario, descuartizar a una persona, acabar con tus hijos en una hoguera… serán similares estructuralmente a nosotros, pero no son humanos, el único centro de rehabilitación que merecen es un agujero en una fosa común, ni un enterramiento individual me dignaría a darles.
Pena de muerte ya, y si alguien quiere protestar, que vea las imágenes y después que se lo explique a los padres de la pequeña. DIARIO Bahía de Cádiz
Pues nada, solo queda dar las gracias a todos esos buenistas que pretenden que se tiren las fronteras, permitiendo que nos invadan hordas de personas con ideologías, costumbres y sentido de la justicia y libertad muy dispares con los occidentales…..¡PAPELES PARA TODOS!, ¡TRAGEDIA HUMANA!….Ahora no vale quejarse, ahora, por desgracia. hay que joderse