No sé si llegaremos a entender la política. No sé si la sobrellevaremos. Porque da angustia tanto programa electoral, tanta televisión apostando por los debates y tanto candidato con la melena al aire. Yo no gasto, como de casi nada, porque en realidad me aburre sobre manera. Lo más insólito, lo de las monjas. No porque se metan en política, que al menos Sor Lucía ya andaba entre pucheros televisivos, sino por el lenguaje tan cuerdifino que usan las dos tocadas. Se las entiende todo a las primeras, porque se les ve en las caras. Tengo que darles ese propósito, porque a los otros, a los nuevos y a los viejos, las máscaras griegas les cubren todo el rostro.
Una vez un medio, en el que colaboraba, y que pasó, como tantos otros a mejor vida, me pidió una crítica política. Se la hice, porque tocaba, pero a mí en realidad, las elecciones fuera de ser un ejercicio de derecho y voluntades, me da tembladera de cabeza. No es indiferencia, es hartazgo. Ya sabemos de sobra lo que queremos comprar y los que no, que se afanen, que vean los escaparates y las trastiendas y que vayan en busca del mejor candidato, que, con suerte no nos saldrá a todos rana.
Príncipe no va a ser porque ya no hay, que Leonor va a romper moldes, al menos cotidianos, que no viste de Princesa sino de colegio de élite y está muy de moda entre los pudientes, ir a la antimoda de los chungos, que son los que dan banquete con barbacoa. Mira que yo lo he criticado, mira que lo he sufrido en carnes ajenas, pero ahora me parece guantada sin mano, lo de la princesita, como lo de que los de las mayorías hagan lo que les de la gana. Las mayorías es lo que tienen y los pactos a la griega que usan.
Nacho Vidal esta en los cielos de “Supervivientes”, poniéndoles los colmillos largos a muchos gaditanos que con la cartilla del paro se hacen tirabuzones en la resbaladera de la Caleta. No sé si llegaré a entender a nadie, pero me pongo, me lo curro y me lo esmero, como vil ciudadano.
Espero voto en mano que algo vaya bien, que salga un político honrado y que las orquídeas crezcan en los despachos ovales sin polvo de fertilizar de vivero. Es una dicha tenerles a ustedes y poder echar un chascarrillo, tan natural como un parto en cuaresma, sin haber conocido varón que echarse al catre. Porque la política nos descuadra y Leonor también.
Nacho Vidal en sus desnudeces, nos hace tener visiones de panderetas y coplas morunas, allá en los palmerales, de islas eternas. No se puede querer más que tener trabajo y salud, salud y cartilla del paro sellada. Cantar coplas y villancicos y votar al que más te baile la perra, que así nos va, para qué quejarnos, como ciudadanos de a peseta. DIARIO Bahía de Cádiz