Yo no soy Risto Mejide, más bien soy un ‘mindundi‘, pero mi opinión es tan válida como la del famoso publicista y presentador, capaz de compartir sus reflexiones hasta el más allá, cual Moisés en su escapada de Ramsés y de manera sorprendente. Así, no sé si contaré con la fuerza suficiente para conseguir que me hagas caso, y compartas mi mensaje, de cualquier modo, sólo quiero que comprendas algo sencillo, y es que, en España, sí hay talento.
Mi mensaje es simple, es una pequeña reivindicación, que bien podría ser enorme, dada el gran número de personas que ha decidido usar anteojeras. Hay talento, y mucho, pero éste no se vende a cuatro perras. A pesar de la insistencia de los que se afanan en publicar estudios, artículos y estadísticas, predicando lo contrario.
Por favor seguidme, ayudadme, vamos a gritar bien fuerte, ¡aquí hay talento! Vamos a dejarlo claro, cristalino, sin discusión que valga, en España hay talento. Vamos a defendernos, a luchar contra la crítica, ¡hay talento! Que no te pillen dudando, sin titubeo, sin un ápice de incertidumbre, con convicción, ¡qué te digo que hay talento! Vamos a callar bocas, borrar líneas, romper páginas, ¡sí hay talento! Desde antes, hasta ahora y para siempre.
Yo lo veo obvio, nítido, límpido, estamos rodeados de talento. Sin vacilación, sin paso a la sospecha y ni un gramo de recelo, hay talento. Desde 2016 hasta 2020, jóvenes, adultos y ancianos, estamos cargados de talento. Unos más, otros menos, pero el hecho es que hay talento. Métetelo en la mollera, no hagas caso de los agoreros, repite conmigo, ¡estamos repletos de talento!
El talento de nacer, vivir y morir. El talento de aprender, de criar y enseñar. El talento de sobrevivir. El talento de comer con poco, educar con mucho y, de paso, hacer historia. El talento de luchar con el pasado, lidiar con el presente y formular nuestro futuro. El talento de soportar a los agoreros que predican que escasea, perdonen ustedes, sí hay talento, pero éste no se vende a cuatro perras.
El talento de escuchar, de ser educado y de ser pacientes, sobre todo con ustedes, que dicen que escasea. El talento de decidir, de ir y venir, de entrar y de salir, de vender, de pagar, de soñar. El talento de estar desempleado sin estar parado. El talento de estudiar para nada y el talento de comenzar de nuevo. El talento de dejar tu hogar, a tu madre, a tu padre, para irte a vivir a un país extranjero. El talento de regresar, cada navidad, sabiendo que te volverás a ir.
En España sí hay talento. El talento de escribir, de leer y de gritar, reivindicando con canciones, la realidad de nuestra tierra. El talento de sudar, de sufrir y de decir “te quiero”. El talento de trabajar poniendo copas siendo ingeniero, o de repartir pizzas, estudiando arte. El talento de cobrar menos de 600 euros. El talento de respetar, de ayudar a los amigos que se sienten solos, y de disfrutar, con los que vendrán luego. El talento para deshacer el mundo. ¡Sí hay Talento! Talento para soportar las cacatúas de lo ajeno. Talento para empezar porque si y terminar no sé cuándo. El talento para ignorar a los agoreros de la búsqueda del talento.
Así que, la próxima vez que te intenten convencer de que no hay, te pido por favor, que te acuerdes de estas palabras y repitas conmigo, ¡que sí hay talento! Siente mi voz como tuya, desde Cataluña hasta Andalucía, pasando por Madrid, Extremadura o Cantabria. Derrochamos talento, déjalo manifiesto, patente, firmado, esclarecido, que mi gente derrocha talento, y no porque sea mi tierra, sino por algo muy sencillo, en España, ¡sí hay talento! DIARIO Bahía de Cádiz Vicente Marrufo