No sé si conocen los líos que se forman cuando una viuda pide el semen -de su marido fallecido- para quedarse embarazada. Hay cláusulas legales para usarlo, como por ejemplo que el marido lo hubiera dispuesto por testamento o que hubiera establecido su voluntad de ser padre de manera irrefutable.
Pero ahora, en Barcelona, a una viuda que cumple con esos condicionamientos –porque su marido firmó un documento expreso que contenía estos datos- se le impide gestar con el semen heredado de su marido. La fiscal de su caso recurre una sentencia favorable por que no le consta que en este momento en concreto su marido tomara de nuevo esa decisión. Vamos que el marido -hoy fallecido- en su momento decidió clara y firmemente ser padre mediante un procedimiento de fertilización in vitro, pero la fiscalía cree que ahora mismo -si estuviera vivo- podría haber cambiado de opinión, divorciándose o simplemente no queriendo asumir la paternidad.
La vida es complicada -evidentemente- pero algunas veces te la hacen más. Esa mujer no querría que su marido muriera. Enfermó cuando estaban tratando de ser padres, y aún enfermo, ese hombre firmó un documento para que si moría, su mujer pudiera ser madre usando su esperma. Sería éste procedimiento -si la dejasen- el cuarto al que se habría sometido para ser madre, eso si consigue que fructifique y que todo llegue a su término.
Si hubiera podido hacerlo inmediatamente después de la muerte de su esposo, no habría tenido tantos problemas porque la ley para estos casos da un plazo temporal -es por ello lo de la necesidad de la autoridad judicial- pero como ha pasado un tiempo en que me imagino que la mujer habrá tenido que recomponerse, he ahí cuando surgen los problemas.
De todas formas, no se imaginan lo difícil que es sobreponerse a una pérdida, en la que pierdes futuro, esperanza y alegría al mismo tiempo. No se imaginan -espero por su bien- lo difícil que es salir de ese mal bache sin esos hijos que te obligan a respirar, a andar, a hacer vida como si fuera lo más normal del mundo, cuando en realidad te estás muriendo de dolor por dentro.
No entiendo el celo de algunos en preservar lo invaluable, como acurrucar, ceñir entre abrazos o mirar al futuro cara a cara. Puede que sea porque no veo al semen marital más que como herencia viva, no productor de orfandades, ni de herencias venideras. Lo único que siento es que habiendo tantos defraudadores, tanto delincuente armado de Armani, la fiscalía se ocupe de un semen donado cuando un Juez ha dado vía libre para las aspiraciones de una viuda que quiere ser madre.
Con lo que cuesta -créanme- sacar adelante vida de otra vida aparte de la tuya, sin la ayuda de un padre que ha fallecido. Lo vería empeño de titanes si no fuera por las risas infantiles, esas que se te meten en el alma y te fortifican donde quiera que vayas. DIARIO Bahía de Cádiz