“Lo que debería haber hecho el equipo jurídico de Rato, es haber presentado denuncia en el juzgado correspondiente y no reunirse el ministro con él”.
Fue presuntamente dañina para la democracia, justicia e igualdad. La reunión del ministro del Interior del PP, Jorge Fernández Díaz, el 29 de julio pasado en la sede del Ministerio del Interior. Con el presunto delincuente, Rodrigo Rato, inmerso en diferentes procesos judiciales e imputado de varios delitos…
Actitud, la del ministro, que le obligó a pedir comparecer en el Congreso, ante una comisión creada para tal fin. En la que, el líder del PP y presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, anunciara que en la misma no iba a aclarar nada. Motivando, dicha actitud propia de ‘demócratas’ con mayorías absolutas. Que, el PSOE, horas antes de iniciarse la misma, presentara una denuncia ante la Fiscalía General del Estado. Al considerar que el susodicho ministro había podido cometer prevaricación, omisión del deber de perseguir delitos y revelación de secretos. Porque a pesar de que elementos de altos vuelos de su partido, declararan que dicha “reunión se efectuó en el ámbito personal”, minimizando esa presunta desvergüenza despótica partidista. Sin embargo, Rodrigo Rato, por el contrario, le reventó la jugada al ministro y a su PP, al declarar que en la reunión “trataron de sus cuestiones procesales”.
Dichas declaraciones y reunión del ministro con un presunto delincuente de cuello blanco, de la magnitud de Rodrigo Rato (expresidente del Fondo Monetario Internacional, expresidente de Bankia y ex vicepresidente del Gobierno, etc., etc.). Provocó una gran polvareda política y alarma social, así como en sindicatos policiales, asociaciones de la Guardia Civil, de fiscales progresistas… Al ser el ministro el máximo exponente de dirigir y coordinar a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, encargadas de perseguir los delitos y detener a los delincuentes.
Por ello, la referida comparecencia se celebró el viernes. Entrando el ministro en la sala a las 09,35 horas, acompañado por una marabunta de prensa gráfica… así como por varios escoltas y por una parlamentaria que iba vestida con una chaquetilla amarilla. Y ese color, para los toreros, da mucho yuyo. Pero el artista compareciente está más que sobrado para enfrentarse a estas encerronas. Porque como adelantara ya su presidente, en 04,30 horas que duró la misma, no aclaró sino enmarañó más el asunto.
El ministro, nada más abrir la boca, comenzó a acusar a los mensajeros que anunciaron la celebración de dicha reunión, diciendo entre otras cosas inicialmente: “La reunión se produjo al considerar que era mi deber realizarla, al saber el asunto a tratar conmigo. Por lo tanto, era absolutamente legal, sin haber tenido que recibir ningún reproche ético, realizándola a petición del Sr. Rato con luz, taquígrafos y totalmente transparente. Me presento ante ustedes con la cara alta y con pleno respeto a la separación de poderes. Y como ex vicepresidente del Gobierno, tiene asignado un servicio de protección a cargo del Ministerio del Interior, como los demás ex vicepresidentes. Y ante la eventual retirada de su servicio de protección. Vino con una fundada preocupación que afectaba a su seguridad personal. Y antes las graves amenazas y ofensas recibidas él y su entorno, principalmente en las redes sociales con 400 tuits vejatorios y amenazantes. Lo que le pase a Rato con la Justicia no es de mi incumbencia, porque todos somos iguales ante la Ley. Pero sí, de lo que le ocurra en su seguridad, por sus responsabilidades públicas realizadas…”. El ministro del Interior, acabó su intervención inicial, diciendo con entre otras cosas: “Hagan castillos de arena, los que lo deseen, en la playa. Pero no trasladen sus fantasías a la opinión pública…”.
Creo que, el ministro mintió, porque lo que debería haber hecho el equipo jurídico de Rato, es haber presentado denuncia en el juzgado correspondiente y no reunirse el ministro con él. Actuando la oposición duramente contra el PP y contra el Gobierno estatal. Pidiéndose la dimisión de Fernández Díaz (responsable de la ley mordaza…). Pero, creo que, va a ser que no, porque en el PP no dimite nadie, debiéndolo haber hecho Rajoy nada más traicionar al pueblo español, al inicio de la presente legislatura.
Por ello, pedirle peras a un alcornocal o patatal es imposible. Aunque, ahora que recuerdo, si que dimitió el pasado junio, el nefasto ministro de Cultura y Deporte, José Ignacio Wert. Posiblemente por los atropellos cometidos contra la Cultura española. Habiendo sido uno de los ministros peores valorados de la democracia española. Pero, su partido el PP y Gobierno, lo han recompensado nombrándolo embajador de España ante la OCDE en París… Creyendo que, así dimite cualquiera. Y más, si unos meses antes, el Gobierno destinó a dicha embajada a su prometida. Casándose en julio, donde están viviendo, una rica luna de mil… DIARIO Bahía de Cádiz