A partir del pasado 26 de junio, la cartera de Educación Cultura y Deporte, quedó libre de quien en toda su historia, ha sido el ministro peor valorado por sus malísimas decisiones en torno a la educación.
Una vez más se da a la inversa aquello de que los buenos van a la gloria y los malos al infierno y la semana que finaliza Juan Ignacio Wert, recibió el mejor premio a su pésima gestión, con su nombramiento como nuevo embajador jefe de la delegación permanente de España ante la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) con sede en París.
El Presidente Rajoy contra viento y marea, ha recompensado con este nombramiento a Wert, mal querido y peor calificado hasta por algunos miembros del PP que han tragado en seco ante la evidencia.
Cuando muchos hogares españoles acongojados, ven partir necesariamente a parte de sus miembros, por falta de trabajo y calidad de vida, Mariano Rajoy con este gesto ha querido reunir en París a Wert con su mujer Monserrat Gomendio, quien ocupa el cargo de directora general adjunta de educación en la misma institución.
De esa manera se constata que para los políticos el pueblo es solo un eslabón para alcanzar sus propósitos en las urnas electorales y que llegados al poder, son otras cosas las que interesan.
París, un destino perfecto para los enamorados, es el lugar que el gobierno español ha regalado a un mal ex funcionario que no disfruta para nada de la simpatía de los españoles y si esto no es una burla, que alguien diga de que se trata.
Hay quienes dicen que en la Moncloa y en la sede de la calle Génova, el nombramiento cayó como una bomba y ni que decir de los comentarios no solo de los políticos, sino de toda la gente y es que no puede ser de otra manera, ante el burdo rollo que soltó el viernes pasado el Presidente del Gobierno.
Lean bien señores, un piso de quinientos metros en la avenida Foch, una de las más lujosas de París, allí tendrán además de sus jugosos sueldos de diez mil euros al mes, un personal de servicio para cuando lleguen se dediquen a disfrutar de su gloriosa luna de miel sin tener que ir a la cocina a preparase un café o un bocadillo, ni nada de nada, ah también un chofer y unos cuantos “céntimos “ para gastos de representación.
Indudablemente que los Wert – Gomendio no llevarán a sus invitados a un chiringuito, sino a restaurantes de lujo en la capital parisiense, afamada por su glamour.
Dos diplomáticos y once consejeros, completarán el equipo de este afortunado español cuyo mal trabajo le ha valido este premiazo, seguro que con ellos, la marca España dejará recuerdos en París. DIARIO Bahía de Cádiz