Receta de pollo güena, güena:
Primero tienes que imaginar que has pasado un día malo, malo, peor. De esos que todo lo que te han enseñado en el yoga y las meditaciones y el control de ti mismo mismamente, no te sirve pa ná.
Llegas a tu casa, evitando la zona de los bloques, el Acueducto o la Peñona, en dependiendo de donde mores (o tempora) y una vez en tu hogar sacas el rape del fridge.
Como no andas güena der todo te pones una copita mientras piensas como atacar al animal para darle forma comestible.
Picas tus años y tus cebollas y lloras esmorecia por su culpa y porque estás jodida. Su sofrito, su pimentón y llega el momento de atizarle el chorreón de vino.
Aquí se presenta el problema porque la botella, al tener un tamaño limitado, y habiéndote tú chumado la mitad más menos, pues no te llega para el guiso. Le echas la escurriera y te vas a por otra. Ya no hay vino blanco y total que más da un poco de tinto. Padentro del guiso y de paso lo pruebas porque estaba abierta y no fuera a estar agriado. No lo estaba, estaba la mar de bueno. ¿Y si le echas un poco de ron? Pues te pones un chupito y le atizas chorreón de Barceló.
Y ya que estamos puestos vamos a terminar con esa de coñac que no se acaba nunca. Para darle un toque asín exótico vodka y el limóncello que a pelo te desinfecta la laringe pasiempre.
Unos hervores para que se vaya el alcohol y el rape con patatas ha salido del carajo. Pero me ha dado por pensar no sé por qué y creo que todo ese rollo de que estamos apegados a lo material y que no debía ser así porque la felicidad bla, bla,bla… yo no puedo vivir sin mi iPad, mi Aifon y mi Termomix.
Y para terminar esta receta existencialista he de decir que como mejor se está es bajo los efectos de las drogas (legales, ofcourse).
Quería compartirlo con vosotros por si no lo sabíais. DIARIO Bahía de Cádiz
Paz y amor!