Como dirían Bergamín y Alberti, yo era un tonto pero lo que estaba viendo en la TV me estaba haciendo dos tontos. Tengo canales de pago pero he llegado a la conclusión de que son las televisiones de pago y las gratuitas las que deberían pagarme a mí por verlas. Por tanto, he decidido dejar de tontear y, siguiendo a Groucho Marx, centrarme totalmente en textos escritos (en papel o en pantalla). Es la TV quien me sirve, no yo a ella (ni a ella ni al smartphone). Cuando me lleno de conocimiento con textos escritos y audiovisuales que elijo, me evado con películas que nunca acabo de lo malas que son o con los partidos de Sevilla y Betis que me sirven los moros en Bein Sport.
Al hacer zapping por el proceloso mar de la caja tonta, tropiezo con canales, casi todos de multinacionales, que repiten series, películas y enfoques como papagayos: señores y señoras con pistolitas y mamporreando, chuladas de mozos/as que van sobrados pero que en la realidad durarían menos que un plato de esos que te ponen en los restaurantes importantes, grandes como plazas de toros pero con una porción minúscula de comida en el centro. Más series como Aquí no hay quien viva, cada vez más ridícula y picarona pero para eso prefiero a Pajares, Ozores y Esteso. Otra serie llamada Big Bang donde un joven amanerado ofrece gracias con las que se supone que tenemos que reírnos. Expediente X que no cesa, policías por todas partes, mentiras y atentados contra la razón porque se sabe de sobra que en EEUU mientras a esos polis -que llegan tarde a todas partes- se les enciende la bombilla del qué ha pasado y resuelven un crimen, se han cometido unas decenas más que nunca aclaran por falta de tiempo y plantilla.
Propaganda del gringuerío que desemboca en una sociedad gringa que se extiende a la política española. Si el protagonista es un guaperas de esos como Gere, Ford, el que vende café o la insoportable Julia Roberts, ya sé que al final son ellos los triunfadores, para qué voy a estar una hora y media o dos soportándolos. Salvad al soldado Ryan, los malísimos nazis, los judíos buenísimos, los americanos que nos traen libertad, los rusos tan negativos, antes porque eran comunistas y ahora porque son mafias, la propaganda feminista que no cesa, la BBC o la NBC News con los mismos enfoques… Anda y que os vayan dando.
Y a Neflix también y al WhatsApp. Regreso con los grandes genios que los tenía casi olvidados con tanta pamplina, esos sí que me ayudan a vivir. Yo no soy tonto, soy un marginado por arriba. DIARIO Bahía de Cádiz Ramón Reig