A Mariano Rajoy sólo le falta quedarse embarazado, le damos la baja paternal, la unimos con el tiempo de lactancia y que se olvide de la política y se quede en casa acunando al niño y cantándole lo de Machado: “Españolito que vienes/ al mundo te guarde Dios,/ una de las [mil] Españas/ ha de helarte el corazón”/. Mejor que se lo cante Alfonso Guerra, el Machadófilo, que sigue con lo de ¡que vienen los comunistas! Desde que los sociatas se vendieron al sistema a principios del XX, de tanto arrimarse al sol que más calienta y mata, se han quemado y ni saben por dónde salir a pesar de que ya no hay Muro de Berlín ni URSS y se supone que han ganado la guerra de la izquierda, si es que ellos son izquierda, porque ahí que estaban en los 60 y 70, arrimados en Italia a la Democracia Cristiana todo el tiempo, por orden del Tío Sam, y ahora pegaditos a la Merkel, por no mentar cosas peores.
Encarnita Polo debería acompañar a Guerra, entonándole a Rajoy: “PP, no me des tormento,/ PP, no me hagas sufrir/, PP vivo de tu aliento/, PP, y muero por ti”. En su momento tuvimos a la niña de Rajoy, la que iba a vivir en un país Próspero Merimée, copiada de las campañas electorales mexicanas o al revés, da igual, el caso es que la niña iba de un lado a otro del charco y la utilizaban como a la mujer barbuda. El niño y la niña de Rajoy, ¿serán los Ramón Bonifaz que romperán las cadenas que atan a la derecha española y a sus votantes que ya no son votantes sino adictos a la carne de gaviota? Pero, ¿qué hay que hacer aquí para que alguien, desde dentro de la derecha misma, purgue no sólo a todos sus delincuentes sino a ese olor a porro que estimula a tanto patán a ensuciar a la derecha, y lo haga en honor a lo honorable que es ser de derechas? ¿Cuándo vamos a tener una derecha moderna que no le toque el himno nacional a los santos, con todo lo que eso significa de no haber roto el cordón umbilical mientras en el mundo triunfaban el Humanismo, la Ilustración, el Liberalismo y las revoluciones industriales del XIX? ¿Acaso creen que eso sería darle la razón a los rojos?, ¿acaso confunden a Tocqueville con Jomeini?, ¿creen que no se le puede dar a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César y por tanto seguir creyendo en Dios sin mezclarlo con asuntos mundanos?
Han condenado al PP, ¿tendrán que meter entre rejas a las gaviotas azules?, ¿no es Rajoy el cabeza visible? Por fortuna, aquí está Sevilla, poniéndole letra al himno y cantando “Soy español” que, si no, me da una alferecía. DIARIO Bahía de Cádiz Ramón Reig