Los medios de comunicación me dicen un día y otro: “¡Socorro, que vienen los fascistas, que viene Vox!”. Antes venían los comunistas, después los neocomunistas, ahora la ultraderecha, los fascistas. Me cansa tanta banalidad, tanto tratamiento superficial de lo que ocurre. Da la impresión de que Vox ha llegado por méritos propios y no por deméritos ajenos. Esos que gritan socorro que viene Vox son los culpables de que Vox venga, ¿o es que se creen que la gente puede seguir viviendo sin seguridad material y espiritual eternamente? Y los culpables de que Vox u otros movimientos similares hayan aparecido en Europa se permiten el lujo de llamarlos a todos racistas, xenófobos, machistas y lo que haga falta. Todos son malos menos ellos que son demócratas, moderados y progresistas per natura.
Los medios me cuentan que 170 millones de europeos viven con populistas en el Gobierno, y el voto a estas formaciones se ha más que triplicado en sólo 20 años. ¿Qué características y causas ven la mayoría de los medios que consulto para que el fascismo made in siglo XXI haya brotado y para que se esté produciendo un cierto efecto de arrastre en la llamada derecha moderada? 1. La inmigración extracomunitaria. Cierto pero, ¿quién es el responsable? El neoliberalismo agresivo apoyado por lo que llaman derecha moderada y por su mayordomo la socialdemocracia así como la falta de alternativa clara desde la llamada izquierda. 2. El intrusismo de Bruselas. ¿Alguien de los demócratas y de los moderados ha parado ese intrusismo que nos ha colocado a las órdenes de Alemania y ha fundado un euro a su imagen y semejanza, es decir que ha mermado soberanías nacionales? No. Entonces, ¿por qué nos rasgamos las vestiduras por el hecho de que haya llegado el lobo? 3. Permisivismo de unas izquierdas laxistas y, en su caso, radicales. La izquierda no se ha enterado de que la alternativa de Marx no es posible en países avanzados, tenemos una izquierda que apenas se distingue de los principios religiosos, no sabe diferenciar caridad de justicia y se ha apuntado a un buenismo ortodoxo del pensamiento débil y posmoderno que ignora lo más elemental de los comportamientos y la naturaleza humana. 4. El rechazo de la Unión Europea. Eso es mentira, hay tendencias ideológicas de todo tipo que rechazan no a la UE sino a esta UE, que es diferente. Y por tanto –ante los oídos sordos de la UE- aparecen los proteccionismos hasta tal punto que la UE se ha visto obligada a tratarse su sordera y ya se escuchan voces que piden un cambio (Francia). Ha tenido que aparecer el fascismo para que se piense en esos cambios. 5. La intolerancia frente a los diferentes (por ejemplo, los gais). Sería absurdo negar que existe la homofobia y el machismo agresivo y asesino pero cuando las organizaciones de gais, lesbianas, feministas radicales, etc., se convierten en lobbies de poder que influyen en las industrias culturales, en la libertad de expresión y aparece una ley del péndulo, hay mucha gente que reacciona. Los derechos de igualdad están ahí, en las constituciones y sus desarrollos, hay que luchar por ellos pero esa lucha justa y necesaria a veces llega demasiado lejos y muchos ciudadanos reaccionan para preservar también lo que consideran sus derechos. La mano dura que propone el fascismo contra estos colectivos y contra otros como los okupas actúa contra legislaciones como el artículo 510 del código penal español que es un auténtico atropello por su carácter etéreo.
Jamás apoyaré a un partido fascista porque creo que es una opción para retraídos que no se quieren enfrentar a los nuevos tiempos y quieren regresar a una especie de útero materno donde sean otros quienes decidan por ellos a base de ideas simples y alejadas de la realidad humana. Pero comprendo que resurja y se acreciente el fascismo porque ya es demasiado el desorden que la globalización y el posmodernismo han originado y me jode bastante esta hipocresía de las formaciones políticas llamadas tradicionales así como la desinformación de sus medios de comunicación. El arreglo a nuestros problemas se debe hacer desde la libertad. Si no es así, con el tiempo se hará desde la dictadura y serán –de nuevo- paños calientes, arreglos falsos, pero se nos está dando la oportunidad histórica de ordenar la democracia para que ésta no se identifique con debilidad y caos, a ver si sabemos aprovecharla antes de que sea demasiado tarde porque el humano es el animal que tropieza varias veces con la misma piedra. DIARIO Bahía de Cádiz Ramón Reig