Mirada desde el PSOE, la estrategia de los “viernes sociales” me parece una buena forma de intentar ganar las elecciones para gobernar. Ya he dicho aquí que a poco que Podemos tuviera otro gancho y no diera esa imagen de inseguridad y división, la izquierda podría gobernar, imitando a nuestro país vecino, Portugal, a quien no le va mal y la UE no llama al orden, al revés. Lo peligroso es unirse a Podemos porque es un partido muy partido, troceado no sólo por las disputas de sus machos y hembras dominantes sino por la empanada mental que tiene, todo ello efecto de su carácter infantil que lo lleva al asamblearismo y a creer que la igualdad significa que dos gotas de agua no se diferencian en nada cuando el concepto de igualdad -en ese sentido- no lo emplean ni Marx ni los filósofos en general que prefieren hablar de semejanzas. El experimento Podemos ha resultado ser una prueba empírica de la distancia que va entre los planteamientos imaginarios y la realidad.
Pedro Sánchez habría previsto primero el derrocamiento de Rajoy y, a pesar de que afirmó que iba a convocar elecciones, es evidente que para eso antes tenía que tomar una serie de medidas, todas ellas resumidas en pocas palabras: que el pueblo viera que su bolsillo y su espíritu pueden verse fortalecidos por una política supuestamente de izquierdas que puede adoptar Pedro Sánchez o la derecha ilustrada francesa, pongamos por caso. Como no obtuvo todos los apoyos para tirar adelante con sus presupuestos, ha debido sacar el BOE que es la antigua Gaceta de Madrid, el diario más antiguo de España, fundado en el siglo XVII, y en él publicar buenas nuevas como resultado de las decisiones del consejo ministerial de los viernes.
Muy correcto, ¿alguien le pidió permiso a la gente para darle a los bancos miles de millones de euros que no van a devolver? Era una medida dura y más duro es aún ver que esa gente se pasea por ahí debiéndole ese dineral a los españoles pero como dicen que son los que crean la riqueza tienen patente de corso concedida por el Estado en una ley no escrita. Luego hablamos de la Gürtel o de los ERE, claro, cómo van los medios a morder la mano de quienes les dan de comer y menos ahora con esta crisis del periodismo. Mejor cebarse con los políticos que para eso están y dejar a sus señores tranquilos.
Si nadie consultó con los españoles para esquilmarles su dinero y tampoco para modificar la constitución con el fin de que la UE estuviera contenta, no veo por qué el gobierno de Sánchez no va a poder firmar los decretos que desee para ganar las elecciones y luego llegar a la Moncloa con más solidez. Lo malo va a ser si gana las elecciones y tiene que apoyarse en las arenas movedizas gracias a las cuales ahora está donde está porque el problema catalán es antes que nada y ya veremos si Sánchez es el estadista que busca España para que aquí no haya ni vencedores ni vencidos que sería lo ideal y eso con la pluriderecha actual –tan vieja ella, tan 155- es difícil que sea posible. DIARIO Bahía de Cádiz Ramón Reig