El 21-D en Cataluña, España y Europa es muy importante pero no me desvelaré por los resultados, prefiero cantar villancicos porque la cosa está bien clara: si los catalanes quieren ser un país independiente tendrán que enfrentarse a la vieja Castilla, personificada en Rajoy, y a una Europa que no acaba de hallar su identidad y encima no se va a complicar con que le salgan otras zonas queriendo ir a su bola y no someterse a la confusión oficial que es una mezcla de posmodernismo y neoliberalismo, o sea, nada.
Espero no tener que lamentarme con lo mal conducido que ha estado el problema catalán desde Madrid. El catalán tendrá que elegir entre el deixa-ho estar (déjalo estar), apoyando a Ciudadanos y al PSC, o el volem independencia, con todas sus consecuencias: pasárselo muy mal al principio y ser otro país al final porque eso es lo que ocurre cuando la gente se une en masa (no en un 40 o 50 por ciento) y va a por un objetivo claro y común.
No es de recibo tener en la cárcel a presos políticos catalanes porque son presos políticos, claro que sí, por mucho que se empeñen en negarlo desde Madrid y los copiemos en una Andalucía que siempre reverencia a la capital del reino, todavía está de actualidad el cartel de la Transición: “Si el andaluz pobre piensa en Cataluña y el rico en Madrid, ¿quién piensa en Andalucía?”. Por supuesto que son presos políticos, o que son, ¿El Lute en sus primeros tiempos? No es presentable una campaña electoral con líderes catalanes en la cárcel y Bárcenas y otros muchos Bárcenas en la calle. Quien lucha por sus ideales políticos se ve obligado a transgredir cuando hay una zona de la península anclada en la vieja gloria castellana y al transgredir se puede ganar o perder. Por ahora los transgresores han perdido y están por ello en la cárcel pero como presos políticos porque han puesto en peligro el orden occidental, son más peligrosos que quienes evaden al fisco –a los que se les ofrece amnistía, o sea, hacer la vista gorda- y los que desmiembran un banco o una caja de ahorros porque esos, a fin de cuentas, son chorizos del sistema de mercado que el mercado controla, no tienen otra finalidad que no sea su bolsillo.
Desde luego, no les interesa a los catalanes estar fuera de la Historia ni un minuto como no les interesa a los ingleses pero no me voy a contagiar con esa campaña mediática que nada tiene que ver con el periodismo y sí con la propaganda. Espero que Cataluña nos ayude a construir una patria moderna a quienes la deseamos. DIARIO Bahía de Cádiz Ramón Reig