De vergüenza el enfrentamiento campal que hemos tenido que soportar en Cádiz durante la presentación del libro sobre José Antonio Primo de Rivera. Vergonzoso que esto ocurra en la supuesta “cuna de la libertad” aunque cada vez está más claro que la libertad no termina donde empieza la del otro, más bien para alguno comienza y acaba donde sus obtusas mentes ponen los límites.
Muchos parece que no quieren enterarse la historia, aunque sea una mierda, está para ser recordada y analizada, nunca enterrada. Tampoco parecen saber que la mejor manera de afear un acto es con la guantada sin mano de la indiferencia ¿Te jode que presenten un libro sobre un facha? Pues organiza un concierto gratuito y quítales la publicidad. La publicidad mala o buena es difusión.
Con la más rancia derecha ni me molesto en explicarles nada, siempre han estado por encima del bien y del mal, en su trono de idealismo, en sus palacios de explotación viviendo en una burbuja ajenos al pueblo. Es la izquierda la que me preocupa, la que creo que ha de tener redención, ya que tras la extinción de Izquierda Unida, poco nos queda para plantarle cara a los señoritos del PP y el PSOE en el Gobierno.
Muchas veces hablo con gente de izquierda y veo que más que enarbolar la igualdad, ondean ser anti-autóctono, lo de fuera siempre es mejor, sienten más pena por el que cruza la verja de Melilla que por el pescador español que lucha contra los temporales, mira más hacia Siria que hacia el campo de Andalucía. Hace poco tuve una conversación sobre un video donde se “eliminaban los mitos del Top Manta”, en ella querían hacernos creer que no eran violentos, algo que me dejó a cuadros, habrá personas violentas y habrá gente buena, pero no se puede poner nunca una etiqueta positiva o negativa a un colectivo; también critiqué que se dijera que “no perjudican al pequeño comercio”, pues claro preguntemos a alguna tienda deportiva de Cádiz si el que vendan camisetas falsas de equipos de futbol les beneficia.
Ante mis argumentos, la respuesta que obtuve fue “la cadena se rompe por el eslabón más débil, la culpa solo es de nuestra sociedad” no la global, la española. Pues mira en eso tienen razón, la cadena se rompe por el eslabón más débil, pero no es el que ellos creen, el que no tiene arraigo a nuestra tierra, cogerá el petate y se marchará, y precisamente muchos de estos no vienen a asumir nuestras tradiciones. El eslabón más débil es el del comerciante gaditano, el que lucha contra impuestos insostenibles, luz, agua, teléfono, recibos de autónomo, el que quiere que su tienda vaya bien para gastar dinero en su tierra a la que ama, el que desea de todo corazón que sus hijos puedan continuar con el fruto de su esfuerzo.
Ese es el eslabón más débil señores de la izquierda. Déjense de atacar a quien no tiene remedio, dejen de mirar hacia fuera con ojos llorosos, y miren hacia dentro, sientan un poco más su propia tierra y olvídense de paraísos idílicos de culturas de ensueño, que nunca han sido edenes y la cultura la olvidaron con los cambios de ideas. DIARIO Bahía de Cádiz