Con lo hermosa que ondeaba mi enseña, la de mi patria la que me ha visto nacer, crecer, ser padre, con lo bonita que estaba la púrpura de los reyes y los dioses, el color de los fenicios acariciados por el levante, y me la has tenido que quitar paisano, por contentar a todos ahora vas a dedicarte a un trueque de colores, a un cambio de vergüenzas.
Puedo comprender a los catalanes y vascos con sus sueños de independencia, pero que no se engañen, también van a llevarse su porción de mierda, al final somos muy parecidos, unos se cargarán de corruptos y mentiras, y los otros que recuerden que se irán con las manos manchadas de sangre.
¡Qué maldito país! ¡Qué república bananera! Cada vez que veo la roja y gualda en la Plaza de Sevilla, se me viene a la cabeza, los que gritan patria a boca llena y declaran en Panamá, Andorra, Malta… las imágenes de Borbones, Amancio, Rato, Utor, Boluda, Pérez y otros de los nuevos señores feudales.
Un país donde lo único que parece unirnos es un gol de Iniesta, donde una especie de gorila hijo de una tonadillera, una barriobajera que se preñó de un torero, una filipina busca fortunas… viven mejor que científicos, escritores, arquitectos…
La veo ondear y su rojo me recuerda a la sangre de Federico, a la de un toro masacrado en un ruedo, a la de Caparros, a la de los héroes traicionados en Flandes, Filipinas, Marruecos…
¡Qué país tan extraño! Siempre el de fuera es mejor, siempre ha odiado a sus hijos y siempre ha sido despreciado. Tengo amigos gracias a Internet en todas partes y no veo que a los Alemanes se les acuse continuamente de nazis, pero aquí se aprovecha cualquier momento para recordarnos la conquista de América. ¡Hasta parece que somos los únicos culpables de la crisis de los refugiados!
¡Quítala compañero! Que cada vez que el viento del norte la roza, me vienen las carcajadas de Mariano, Pedro, Pablo, Albert y Felipe, viviendo del cuento y costándonos una fortuna por no hacer su trabajo.
Tampoco, y esta sí que me duele, me siento mejor si está la de Andalucía, ya que por encima de Picasso, Velásquez, Lorca, Machado… toda esa cultura ha sido tirada a la basura, solo puedo escuchar las risas de los señoritos del cortijo, de todos los terratenientes del PSOE cortando y pegando a su gusto.
José María, no quiero llamarte Kichi, ya que así solo te dicen tus amigos por cariño y tus enemigos por desprecio, y yo, por ahora, no me encuentro en ninguno de esos grupos, déjame mi morado pendón; como decía Kiko Zamora en un tango, que cada vez que el levante la acaricia mi suena a Paco Alba, Martín, Martínez Ares, Aragón, y si sopla más fuerte, ya suena a Cañamaque y el Tío de la Tiza. Y de esa patria, con sus virtudes y defectos sí que me siento orgulloso. DIARIO Bahía de Cádiz