Mientras los parlamentarios se disponían a elegir a Susana Díaz como senadora por designación autonómica en el último pleno del Parlamento andaluz antes de las vacaciones, alguien grito desde la mesa de la cámara “una rata” y, según dicen, la mayoría de los parlamentarios miraron en una determinada dirección y no precisamente en aquella en la que estaba el maldito roedor.
Al parecer, fue el chico de los recados ejerciendo nuevamente de tonto útil quien se enfrentó con el animal hasta ahuyentarlo, para que fuese sacrificado fuera con un recogedor de basura. No es de extrañar el arrojo y familiaridad del conocido también como “El Torrijas” con el bicho, ya que durante su periplo como concejal y miembro del gobierno en el Ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda las ratas campaban a sus anchas por la ciudad y muchas de ellas de grandes dimensiones engordadas por la suciedad y basura que inundaban gran parte de los rincones de barrios y barriadas.
Terminado el incidente y renovada la sesión, se escuchó una voz decir “se la han cargado, pobrecilla” y de nuevo la mayoría de los parlamentarios volvieron a mirar en una determinada dirección.
Lógicamente, el percance ha tenido su correspondiente alargue en los medios de comunicación del país y, como no, en las redes sociales.
De esta manera, poco después del incidente, el consejero de Presidencia, Elías Bendodo, soltaba sarcásticamente en una entrevista a un medio de comunicación: “No es la especie más peligrosa que hay en el Parlamento”, sin entrar en más detalle y concreción. No obstante, no pocos se han debido de dar aludidos porque más tarde matizó que era una ironía, tal vez desafortunada o no.
Del mismo modo, uno de los pocos que quizás no se diera por aludido fue un diputado del PP que en las redes sociales pretendió fardar de su actitud de permanecer sentado ante la amenaza del roedor diciendo: “Sólo unos cuantos valientes, como mis admirados Gutiérrez Mellado, Suárez y Carrillo, hemos aguantado sentados en nuestro escaño”; los memes le han caído como chuzos de punta.
Contrariamente a lo que podría esperarse, son los diputados de la ultraderecha los que no han utilizado el incidente en ningún sentido, ni siquiera en ese que gustan tanto de hacer comparaciones irónicas, tal vez aún se estén relamiendo las heridas sufridas y preparando las represalias anunciadas por la declaración como “persona non grata” en la ciudad de Ceuta a su plenipotenciario líder gracias a la abstención del PP.
En cualquier caso, todo ha servido para saber que ratas hay en el Parlamento andaluz, como ratas importadas debe haber en el Senado y no precisamente de la misma especie y condición de la que se coló en el hemiciclo de las Cinco Llagas y que a buen seguro no serán tan fácilmente desalojada como la de este caso. DIARIO Bahía de Cádiz