Unidas Podemos de Pablo Iglesias en un video de campaña afirma que el PP si presentara una piedra como candidata a la Comunidad de Madrid también ganaría las elecciones, pero como necesita que se presente alguien que defienda los intereses de unos pocos y que no debata, presenta de nuevo a Díaz Ayuso.
En la Sanlúcar del Santo Régimen, el PSOE si presentara una piedra como candidato a alcalde, ganaría igual, pero al igual que el PP de Madrid, no presenta una piedra porque necesita que alguien se preste a defender los intereses de unos pocos, que fomente el clientelismo, practique el capitalismo de amiguetes, la compra de voluntades, la búsqueda inmediata del rédito político en todo momento, la falta de transparencia, la utilización de medios públicos en beneficio propio y, por supuesto, haga alarde de insensibilidad social, así como, que rehúya del debate como gato del agua hirviendo, como ocurrió en el pleno sobre el estado de la ciudad.
El paralelismo entre este alcalde de la Sanlúcar del Santo Régimen y Díaz Ayuso es cada vez más evidente, no olvidemos que al igual que la candidata del PP hizo con el Hospital Zendal, el alcalde inauguró el centro de enfermos de Alzheimer sin contratar la dotación de personal necesaria para prestar el servicio que los enfermos y los familiares merecen, sino también supuestamente procediendo al traslado de trabajadores/as que actualmente prestan sus servicios en la residencia de ancianos al nuevo centro y sin haber procedido a gestionar con la Junta de Andalucía el concierto de las plazas de dicho centro que están sin ocupar, habiendo suficiente demanda para ello.
Como ya se ha reflejado con anterioridad desde esta humilde tribuna, ambos buscan la confrontación política con otras administraciones, sobre todo para eludir su responsabilidad, su ineptitud e incompetencia, y su irrefrenable tendencia a criminalizar al opositor político, empleándose duro e implacable con los débiles y dóciles y sumisos con los poderosos.
Por otra parte, tanto Ayuso como este alcalde se rodean de un coro de paniguados, estómagos agradecidos e ineptos holgazanes que los jalean y alaban en todo momento. Ambos utilizan su partido no como herramienta política para mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos, sino como herramienta eficaz que procure su sustento económico personal que de otro modo no obtendrían y ambos buscaran, de necesitarlo, apoyo en el extremo centro o en la extrema indecencia.
Cuando alguien recibe una recompensa o algo de menor valor de lo esperado se suele decir a modo de consuelo que menos da una piedra. En ambos casos, no pocos ciudadanos desearían como mal menor que una piedra estuviese al frente de las instituciones que determinan en gran parte sus condiciones de vida, porque de una piedra poco se puede esperar y nada te puede quitar, pero de los susodichos se sabe lo que se puede esperar y todo lo que pueden quitar.
Por ello, en ambos casos, una piedra sería mejor. DIARIO Bahía de Cádiz