Hay un dicho popular muy extendido y utilizado que hace referencia a que niños, borrachos y locos (tontos) no tienen la necesidad de mentir y, por lo tanto, podemos creer sus palabras.
Ya no somos niños, tampoco borrachos (bueno, alguna vez que otra sí) y como, Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, multinacional supuestamente líder en energías limpias y pionera en el despliegue de redes inteligentes, al servicio de la sociedad y las personas, nos considera tontos por mantener la tarifa regulada marcada por el Gobierno por la cual ahora pagamos mucho más por la luz que los que tienen la tarifa libre porque han bajado los impuestos que grava la electricidad, pues vamos a actuar como tan alegremente nos considera.
Somos tontos, por tanto, y por ello vamos a decir la verdad. Señor Galán es un usted un SINVERGÜENZA. Un sinvergüenza, según el diccionario de la RAE, en su primera acepción, es aquella persona que obra o habla sin comedimiento o respeto y con descaro y en su otra acepción, es persona que se comporta de forma inmoral, por tanto, es usted también un INMORAL.
Usted ha llamado tontos sin comedimiento, sin respeto y con descaro y además en un acto público, a millones de personas que mantienen la tarifa regulada, muchos de ellos clientes de su empresa energética. Lo dijo con tono despectivo, mostrando poco o ningún respeto a quienes por desconocimiento (los tontos tenemos esas cosas) o porque, teniendo constancia del hecho, están obligado para acceder al bono social (los pobres también tienen esas cosas, mire usted) mantienen la tarifa regulada.
Ergo, se infiere que es un SINVERGÜENZA que se comporta de forma INMORAL.
Sin embargo, la condición de tontos no nos impide considerarlo a usted como un LISTO, para ello solo vasta con un par de ejemplos. En 2018 decide cambiar a tarifa fija a más de 45.000 de sus clientes que estaban en la Tarifa de Último Recurso fijada por el Gobierno sin avisarle que el cambio les iba a suponer con el tiempo pagar más por el consumo, como así fue. Hecho por el cual la CNMC le multó con 1.350.000 euros, nada comparable con los beneficios que debió obtener. Lo de una empresa al servicio de la sociedad y las personas suena a sarcasmo puro propio del descaro de un sinvergüenza.
Por otra parte, en septiembre de 2021, varias organizaciones ecologistas presentaron denuncias contra su empresa por haber vaciado varias embalses en Galicia, dejando prácticamente sin agua a muchos pueblos, a innumerables agricultores que se surtían de ellos y afectando a la fauna y flora de esos lugares. La razón, pues gracias al lamentable sistema de cálculo del precio de la electricidad, era el momento propicio para producir de forma barata el máximo posible de electricidad en las hidroeléctricas que sería pagada por un valor muchísimo mayor que el de su producción. Listeza propia de un sinvergüenza.
Para no ser más prolijo en los datos que detallen su baja catadura moral como empresario y persona, no vamos a relacionar el largo historial de irregularidades que jalona a su empresa allende de los mares.
Deseosos estamos, lógicamente desde la condición de tontos que nos atribuye, que de llegar a sus oídos algo de lo que decimos torpemente en este artículo, lo ponga en manos de su servicio jurídico. Llegado el caso, a diferencia de usted, señor Galán, sinvergüenza e inmoral por méritos propios, nosotros sabremos rectificar a tiempo o no. De los tontos o locos todo se puede esperar. DIARIO Bahía de Cádiz