Al final y después de hacerse mucho rogar, mirando más que nada por su propio interés personal, al parecer, aquella que lo de parecer le molesta más de que lo que es, ha deshojado la margarita y será candidata a la presidencia de la Junta de Andalucía, aunque aún no se haya hecho público la nominación en su partido.
Lo cierto es que antes de haberse concretado fechas de las elecciones andaluzas, la llamada Lady Molona, diputada cunera (presentada en un distrito electoral al que no pertenece) por Granada, aunque nació en Alicante y vive en Madrid, se había situado ya en el centro del tablero político en Andalucía.
El Sí de la Molona no tiene el mismo significado del “Sí de las niñas” en la obra de Leandro Fernández de Moratín, aunque no es menos cierto que su partido se caracteriza fundamentalmente en menospreciar la ajena celebridad siempre buscando defectos en todo lo que otros hacen o proponen. Y para nada tiene que ver la con reivindicación de la figura de la mujer en la sociedad y la censura de la opresión y abuso de autoridad a que ellas se ven sometidas, hechos sabiamente descritos en la obra inmortal del dramaturgo del siglo XVIII.
La tardanza del Sí de lady Maca la Molona a la candidatura de la extrema derecha hay que verlo en clave exclusivamente personal y particular, al margen de otras consideraciones derivadas del mismo hecho. Los que la conocen dicen que es mujer ambiciosa y que entre sus aspiraciones no está representar un papel de secundona en una comunidad autónoma, cuando lo que le pone es medirse con los primeros espadas de la política en el Congreso de los Diputados, máxime cuando puede vislumbrar la posibilidad de sentarse en el consejo de gobierno en una hipotética victoria electoral del PP junto a Vox a nivel nacional.
En el PP y en el propio partido ultra, temen que una polarización termine originando una mayor agitación en el electorado de izquierda que se traduzca en un mayor número de escaños. De ahí que la formación ultra con toda probabilidad haya decidido no anunciar la candidatura de la Molona hasta bien cercana la fecha de la convocatoria a las urnas. Y del mismo modo, al presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, este hecho le haya servido para alargar lo máximo la legislatura para ver si coyunturalmente Juan Marín puede salir de la UCI política en la que se encuentra por méritos propios.
Para la izquierda, fragmentada por ahora en tres papeletas (PSOE, Por Andalucía, Adelante Andalucía), la dirigente de ultraderecha es la mejor vitamina para movilizar a un electorado que en 2018 decidió no comparecer y optó por quedarse en su casa. Por eso, piensan que el efecto asustavieja de la Molona a quien le puede complicar más el panorama es al PP.
Por eso, en no pocas sedes de los partidos de izquierda se ha podido escuchar, al mejor estilo de las animadoras cheerleaders norteamericanas eso de: “Dame una «M», dame una “O”, dame una “L”, dame una “O”, dame una “N”, dame una “A”, MOLONA, candidata, oh yeah!!!!”.
Esperemos que ese alborozo no torne en tragedia después. DIARIO Bahía de Cádiz