Después de haber ejercido fielmente de Chico de los Recados hasta el último momento, y ante el estruendoso fracaso en las elecciones andaluzas donde ha obtenido “cero point”, Juan Marín anuncia que deja la política. Otro que o no se entera o no tiene nadie cercano que le diga al oído: “Juan, no es así, es la política la que te ha dejado a ti”. En cualquier caso, ahora tendrá más tiempo para perfeccionar y promocionar su receta de las torrijas.
De blanqueador de la ultraderecha durante la legislatura pasada, quiso tornarse acuciado por las encuestas en azote pertinaz de la misma, además de autoerigirse en la garantía para que la ultraderecha no entrara en el gobierno andaluz. Muy a pesar suyo, esto último, lo ha cumplido.
La sonora y contundente patada en el trasero que ha recibido el también conocido como el tonto útil del gobierno andaluz ha resonado como un signo de interrogación, sobre todo por el futuro laboral del mismo.
¿Qué salidas tendrá Juan? Unos dicen que ya tiene apalabrado ser contertulio en un programa de sobremesa de TV, en el mismo que lo hace su denostada y traicionada la “nasia pa ganá”. Otros, sin embargo, opinan que su amigo Juanma, en pago a su inmolación en pro a la causa, le tiene preparado un chiringuito, estilo Toni Cantó, algo así como “La Oficina del Reloj Andaluz (ORA)”, u “Oficina de la Torrija Andaluza (OTA)” algo que como relojero de postín y como buen repostero chaquetaman no renunciaría por nada del mundo. Los mal pensados afirman que ya tiene preparado una puertecilla giratoria en ese sector que ha pretendido promocionar, sin conseguirlo, a niveles de excelencia. En definitiva, Juan se servirá de eso otro que dice que te compre quien no te conozca.
Como decía aquel expresidente norteamericano, puedes engañar a todos algún tiempo, puedes engañar a algunos todo el tiempo, pero no puedes engañar a todos todo el tiempo. Juan date con un canto en los dientes si has estado engañando a mucha gente desde 2007. Tu pretensión de llegar políticamente vivo a 2026 se ha frustrado, ahora toca torrijas, relojes, chistes y a vivir con lo conseguido. Algo impensable para alguien como tú y tus cualidades.
Las despedidas lacrimógenas antes los medios de comunicación del Chico de los Recados y la incredibilidad ante lo ocurrido, no es otra cosa que el dolor de quien se creyó ser y no pudo ser.
Como corolario de todo lo anterior dicho y pasado, los naranjitos discípulos aventajados del torrijas, que sustentan el gobierno local en la Sanlúcar del Santo Régimen, de llegar a interpretar lo que le ha ocurrido al relojero, si no quieren quedar también como tontos útiles deberían actuar en consecuencia. De lo contrario, deberían ir preparando sus posaderas con ungüentos milagrosos para recibir la acometida de patadas similares. En este caso, al contrario que en el caso andaluz, el beneficiado de las consecuencias de la mayúscula y futura patada por recibir, no será el socio mayoritario en el Gobierno a quien sustentan, quienes también deberían poner su barba a remojar.
Los resultados andaluces confirman el final insoslayable de aquel régimen andaluz ampliamente establecido y puede abrir el principio del final del Santo Régimen Local. DIARIO Bahía de Cádiz