Según la RAE, la numerología es la práctica supuestamente adivinatoria a través de los números o el estudio del significado oculto de los números. Se trata de una pseudociencia metafísica que pretende establecer una relación oculta entre los números, los seres vivos y las fuerzas físicas o espirituales.
En numerología, se dice que los números son uno de los conceptos humanos más perfectos y elevados. Según los que la practican, la numerología es la disciplina que pretende investigar la “vibración secreta” de ese código y enseñan a utilizar los números en su beneficio, por medio del estudio de su influencia sobre personas, animales.
Según los numerólogos, los números son mucho más que una forma de medir o cuantificar lo que existe a nuestro alrededor. Pitágoras, en el año 530 a. C. creía que el universo debe ser visto como un todo armonioso, donde todo emite un sonido o vibración. Los números del 1 al 9 están asociados a características específicas, que juntas abarcan toda la experiencia de la vida. Llegó a desarrollar de forma metódica una relación entre los planetas y su “vibración numérica”. La denominó “música de las esferas”. Mediante su método de numerología afirmó que las palabras tienen un sonido que vibra en consonancia con la frecuencia de los números como una faceta más de la armonía del universo y las leyes de la naturaleza.
A lo largo de los siglos la comunidad científica, para mal de los numerólogos y sus seguidores, ha ido relegando a la numerología a la categoría de superstición, de tal manera que hoy en día la numerología es a las matemáticas, lo que la astrología a la astronomía o la alquimia a la química.
El campo de las creencias está abierto y en la Sanlúcar del Santo Régimen lo saben bien y por eso se está abriendo un pensamiento con cierto fundamento en la numerología. Dicho pensamiento establece un significado especial a un número, el 8.764, que en realidad no es un número como tal, sino la conjunción de una serie de dígitos en relación a un resultado.
Según algunos, este número encierra el significado oculto referente a un cambio en la ciudad y en el devenir de su futuro en cuanto a lo económico, lo político y social. Es tal la creciente creencia que, aunque más bien llevado por una necesidad perentoria o desesperación que por una verdadera creencia, en este número se encierra un augurio que sacará a la ciudad del negro pozo en que se encuentra desde hace muchos años.
Tradicionalmente, cuando una sociedad se encuentra acogotada sin presente ni expectativa de un futuro mejor, suele agarrarse a algo, aunque sea un clavo ardiendo. Esta y no otra es la situación en que se encuentra la Sanlúcar del Santo Régimen y, es por ello, que vaya creciendo una fe ciega en el significado oculto que pueda encerrar los dígitos que forman el citado número.
Fruto de la desesperación está creciendo la creencia en este número a modo de sortilegio ante una situación que lejos de cambiar a mejor tiene todas las vises de empeorar. En el colmo del paroxismo de la superchería hay quien está recurriendo a una manipulación pretendidamente inteligente de los hechos o acontecimientos mediáticos que propicien resultados beneficiosos dejando en manos del azar el cambio que ampliamente se demanda en el pueblo y, de ahí, que torticeramente propongan que desde el 1 de enero de 2023 se compren boletos de cuantos sorteos haya con el número de marras.
En cualquier caso, en el número 8.764 no hay magia ni mucho menos significado oculto, tan solo una demanda colectiva desesperada e inane de mejorar y que desaparezcan de una vez por todas los artífices y sus cómplices acólitos de la rémora económica y social que lastra el presente y futuro de esta castigada Sanlúcar del Santo Régimen. DIARIO Bahía de Cádiz