Por el río Guadarranque van veloces las lanchas motorizadas de los malos que meten droga en España, mírenlas, ahí va una, rruuuuummm, son tan rápidas y tan sagaces que ni la policía ni la guardia civil les da caza: rruuuuummmm, ahí van las fuerabordas de los traficantes por el río Guadarranque.
Veo y escucho esto en un informativo de una televisión privada. Pobre periodismo, en los huesos se está quedando. Y ya está, los colegas no dicen nada más, parece como si estuviéramos viendo una peli de James Bond sin James Bond ni licencia para matar ni siquiera para detener. De manera que por ahí van los malos y son imparables. Qué risa.
Cuando se trata de construir muros, vallas y alambradas contra inmigrantes, qué prisas se dan y qué pronto terminan, estos albañiles oficiales hubieran levantado la Muralla China en una semana, enjalbegada y todo, y les hubieran sobrado cuatro días. Pero cuando hablamos de atrapar a los malos de la droga cómo tardan los tíos, qué difícil es, si es que son unos fieras los drogatas, no hay quien pueda con ellos ni en América ni aquí ni en Afganistán. Por ahí van, por el río Guadarranque, son ellos pero siguen camino de su destino y se van de rositas como tantos malos en la vida real porque en las películas pierden siempre y por eso nos gustan las películas.
¿Y si la lancha fuera de un comando de ETA o de uno del Estado Islámico? Miren, ahí van los terroristas, no les podemos dar alcance porque son muy rápidos. No, no, sería muy distinto, les darían alcance o les lanzarían un obús desde una orilla y a tomar por saco embarcación y terroristas. También en este caso se darían prisa al menos en el caso de que fuera de ETA porque el EI es para mí un misterio insondable aunque no sea difícil lanzar conjeturas sobre su significado.
Las prisas dependen de lo amenazado que se sienta el poder porque las fuerzas represoras reciben órdenes y medios y no son culpables de nada salvo en los casos de corruptelas que lo que es en América abundan. Las drogas narcotizan como lo hacen, desde otro punto de vista, la televisión o las redes sociales.
¡Qué difícil es terminar con esa gente narcotizadora, es que corren que se las pelan! El terrorismo asusta a los cimientos de cualquier poder porque usa la violencia indiscriminada y así es como ha llegado todo poder a alcanzar su poltrona a través de los tiempos hasta que ha dado con esta fórmula de la democracia dictatorial según la cual eres libre excepto si no haces lo que dice La Troika y puedes insultar al presidente de los Estados Unidos pero no puedes investigar a la Coca Cola.
Por desgracia, la violencia –explícita e implícita o sutil- es la raíz del poder y las drogas no son exactamente violencia sino negocios a los que sólo les falta un boletín oficial para encima ser un emprendimiento positivo. La droga surte de sosiego o alegría a muchos emprendedores de los que llevan las riendas del mundo y/o contribuyen a nuestro estado de paz y dicha, de ahí que nadie puede parar a una embarcación que marcha rauda por las aguas del río Guadarranque o por cualquier otro río Guadarranque del mundo. DIARIO Bahía de Cádiz Ramón Reig