El 2014 nos trae buenas nuevas dentro de la política interna de este país. El tejido social que envuelve la clase más perjudicada por los recortes llevados a cabo, en el bienestar de los españoles, ha engendrado un malestar, de rechazo, que ha hecho, convulsionar la estructura de la política tradicional de estos últimos tiempos. Es el descontento de aquellos que ven hundirse sus aspiraciones para conseguir un puesto de trabajo seguro y estable y de muchos otros, lastimados, por los continuos recortes, ven en peligro sus puestos de trabajo. Amén de los que tocaron fondo en la pobreza y se encuentran sin recursos para sobrevivir que se ven desamparados.
Es tal el estado de impotencia a que los tienen sumidos la política actual de los dos gobiernos mayoritarios, que por salir de ella, han hecho posible surja un movimiento, que ha contado en un principio, con más de un millón de ciudadanos, y que si somos coherentes, con lo que ocurre, mucho especulan, que este número de seguidores, siga creciendo, en deterioro de otros partidos políticos, que están ideológicamente, más cerca de ellos, tampoco les convenzan mucho.
Podemos, Pablo Iglesias, se sale de la estructura política diseñada para este siglo XXI, y marca otras pautas, sobre de como se ha de gobernar un país como el nuestro. Y si es cierto, que no tiene un programa coherente que pueda darle fuerza como partido, no por ello, va a dejar de hacerse notorio, ante la opinión pública y el Parlamento Europeo, y otros gobiernos, cuya clase social se ha visto depauperada y maltratada por sus gobernantes. En detrimento de sus intereses comunitarios.
Tales circunstancias, se están haciendo oír, como el chirrido de un freno, que actúa cuando un peligro acecha, que el carromato en el que se va montado, puede volcar en cualquier momento.
Cualquier cambio en la forma de gobernar, en España, ha sido un tabú, sobre todo por aquella clase social, que nada les falta y se ven seguros de su posición y medios de vida, que ven en estas mudanzas, a un comunismo, o poderes ocultos, como amenaza para sus intereses personales. Cuando en realidad, se valen de estos subterfugios, para seguir conservando su posición social, cargo, y estilo de vida.
El comunismo murió en el mismo lugar que nació, y nadie le ha llorado, no existe, es una sombra del pasado Lo que si existe es el carcoma del capitalismo y otros sucedáneos, que imposibilita al empleado o trabajador a llevar una vida digna, por el mal salario con el que se le retribuye, convirtiéndoles en sumisos lacayos suyos.
Habrá siempre ricos y pobres, pero lo que no se puede consentir es que quienes trabajan, no tengan al menos un hogar y un sueldo digno para subsistir, él y su familia.
Por ello deseo tenga buena acogida este grupo de gente joven, que lucha por una justicia social, para todos. Sin necesidad de vivir de la caridad publica o de la ayuda recibida de otros familiares cercanos a ellos.
Sí podemos entre todos hacer un país en el que todo ciudadano, al despertar por las mañanas, se levante contento, y se dirija al trabajo, lleno de ilusiones y proyectos, para él y su familia, a sabiendas de que cuanto hace, le da seguridad y garantías para vivir dignamente, sin el temor, a tener que volver de nuevo al paro y arrastrar una vida pordiosera de privaciones, apatía y sufrimientos, que menoscaba la salud física y psíquica de quien la padece, familiares y el entorno que le rodea. Un mal que repercute en el bienestar de la sociedad de un país.
Perdidos en el laberinto de la confusión, la clase política ha recorrido mucho camino, buscando una puerta de salida, que desemboque en terreno seguro, donde se pise se esté seguro. Y esto ha supuesto un desgaste y pérdida de tiempo y confianza en quienes, marcaban el camino a seguir.
Los que probaron suerte en este intento, por salir de este atolladero, se valieron de mil formulas y recursos, sin que dieran resultados satisfactorios. Mientras en lo más profundo de la sociedad, aquella que más daño estaba recibiendo, por esa política nefasta de los gobiernos que arruinaba, cada día más, sus intereses, surge de sus entrañas, un movimiento ciudadano cuyas primeras palabras, que se les oye pronunciar son las de “Basta Ya” y “Podemos hacer las una política mejor y más humana”. Señalan a los culpables y los desmanes que se cometen para que se ponga fin a tantos desmanes, corrupción e injusticias. DIARIO Bahía de Cádiz Manuel Rubio